Los negocios sucios o que se realizan en la suciedad, suelen ser los más limpios y pingÁ¼es que hay en la actualidad. Como muestra de ello basta citar a una muy rica española de apellido Koplowich, que parece ser la máxima empresaria de la recogida y tratamiento de basuras de toda España y no sé si del extranjero. Debe ser tan buen negocio eso de la recogida de basuras, que mi ciudad, o mejor dicho, su manirroto ayuntamiento, le debe la enorme cantidad del equivalente a cinco mil millones de pesetas o quizá más; y ello fue publicado en los periódicos. Aún así y con esta monstruosa deuda, de un municipio de 117.000 habitantes; la empresa sigue la explotación, como si no pasara nada. Es claro que los enormes beneficios permiten ello y mucho más, puesto que cualquier empresario (yo lo fui) un deudor así no es soportable, puesto que sería la quiebra de la propia empresa.
Pero es que tras la recogida de basuras y desechos para reciclar, se denuncia que existe un fabuloso negocio incontrolado y que permite acumular capitales enormes y de los que los beneficiarios y al parecer, no tienen ni obligación de dar cuenta.
Sepa usted que me lee, que como consumidor y por «ley» está pagando un impuesto invisible, para que todos los desechos procedentes de sus compras, sean tratados y reciclados. Y ello va desde el papel y cartón, hasta el neumático de su automóvil, pasando por lavadoras, frigoríficos, radios, televisores, teléfonos, pilas, botellas, bombillas, tubos fluorescentes y en fin, todo cuanto usted tira, o incluso y muy educadamente deposita en los contenedores habilitados para todo ello.
A pesar de su buena educación cívica; usted está pagando y lo hace al adquirir comprando el producto, desde treinta céntimos de euro (50 pesetas) que paga por un fluorescente, a los 17 euros (3.330 ptas.) por un frigorífico. Dinero que por ley, irá a parar a una serie de fundaciones, asociaciones, empresas, denominadas con las siglas «SIG» (Sistemas Integrados de Gestión) y que reciben ese dinero, mucho antes incluso que lo que usted ha comprado, llegue a los contenedores o al desguace; que por otra parte y por cuanto vemos tirado por doquier, no es todo ni mucho menos… pero esos negocios sí que cobran por todo y pese a que en España y «otros» se recicle mal o peor. Por lo que vemos tirado en lugares inapropiados, España debe ser de los peores.
Cómo será el descontrol de todo ello, que una empresa denominada Eco Embalajes de España (Ecoembes) (www.ecoembes.com) mantiene en el 2007 la asombrosa cantidad que son, 80.828.000 euros (casi quince mil millones de pesetas grosso modo) en dinero invertido en renta fija, lo que nos da una idea de que el dinero que reciben es infinitamente mayor que el que necesitan.
Todo lo que yo punteo y mucho más, es debido al buen trabajo publicado en diario ABC del 15-03-2009, páginas 49 y 50 (debe ser leído en su totalidad) y que firma José Manuel Nieves, que con ello demuestra ser un buen profesional y verdadero periodista de investigación y al que tenemos que agradece tan esclarecedor trabajo, en un asunto que dedicado a la limpieza y la ecología para sanear el planeta, se nos presenta como algo turbio, sucio y un inmenso coladero de dinero del indefenso consumidor o contribuyente; que es expoliado de forma inmisericorde y no recibe el pago o servicio, equiparable o correspondiente.
Y todo ello nos dice bien a las claras, la suciedad que existe en el establecimiento de leyes, que por lo que se publica, son leyes realizadas por quienes se las hacen a medida, para luego y legalmente puedan exprimir una más de las infinitas patentes de corso, con que se hacen fortunas inmensas, debido a que los responsables de que todo sea realizado equitativamente (los políticos) miran para otro lado y puede que incluso algunos, o muchos… sean socios o benefactores de todos estos sucios tinglados, pues vista la corrupción general, esta sería una más, pero muy bien guardada.