¿Hasta dónde puede llegar la Spanishrevolution? ¿Será flor de un dÃa, como un azucarillo que se irá deshaciendo en los granizados del verano, o será algo que perdure en el imaginario colectivo y que nos lleve en volandas hasta las próximas elecciones generales? Eso sólo el tiempo lo dirá.
Lo único cierto es que todos aquellos que forman parte de esta Spanishrevolution han puesto a los mercados en el punto de mira como auténticos responsables de todas las polÃticas liberales que están asolando a los paÃses europeos, acostumbrados a otro tipo de polÃticas algo más orientadas a la protección del estado del bienestar, al menos de vez en cuando.
Y no les falta razón, porque los mercados han sido los causantes de la actual crisis económica y, como si de un juego de fina ironÃa se tratara, son también los que nos están guiando en la salida, pero no en una salida cualquiera, sino en la que más les interesa a ellos.
Porque los mercados internacionales no son etéreos, no, son especuladores que hacen de la obtención de beneficio su único motivo en vida, para lo que viven y para lo que son capaces de vender su alma al diablo, si fuera necesario. Se mueven en un juego de suma positiva, para ellos, claro, que conjura informes fraudulentos, información privilegiada y rumores inconexos que hacen tambalearse a los paÃses.
Sin embargo, los responsables de la Spanishrevolution no se dan cuenta de un pequeño detalle, y es que los Gobiernos de los paÃses europeos necesitan de estos mercados, porque de ellos obtenemos el dinero, ellos son nuestros acreedores y ya se sabe que quien paga manda, como ocurre, a nivel microeconómico con los ciudadanos y las hipotecas.
La única salida viable para huir de los mercados internacionales serÃa dejar de pagar, pero en un mundo tan globalizado una decisión de falta de pago por parte de un gobierno nacional serÃa el fin de ese paÃs, a todos los niveles, por lo que la Spanishrevolution sólo tiene una manera de convertirse en un movimiento real, con recorrido real y consecuencias reales en la polÃtica, y esta no es otra que globalizarse, conseguir que todos los paÃses europeos conjuguen su propio movimiento social, y entre todos hagan uno sólo.
De esa manera, los gobiernos de la Unión Europea podrán plantearse otro tipo de polÃticas, alejadas de los mandatos de sus acreedores. Pero como eso no va a pasar nunca, mucho me temo que estas manifestaciones, acampadas y demás movilizaciones sociales, no pasarán más que de una anécdota reivindicativa de la sociedad española, pero una anécdota al fin y al cabo.
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