- Inscripción universal, automática y gratuita de todos los ciudadanos con derecho al voto, a partir de los 16 años de edad.
A primera vista parece estar muy bien, ¿no? Por ejemplo, la clase política francesa, que es el país donde vivo, se queja a cada elección de la indiferencia de la juventud y de los bajos niveles de participación, esta medida ha sido incluso planteada en numerosas oportunidades por políticos de izquierda y de derecha. Sin embargo nunca ha prosperado ninguna ley en este sentido. La razón es muy sencilla: la libertad individual. Si se inscribe a alguien en una lista electoral sin consultarle su opinión antes, se está violando un derecho fundamental del ciudadano. Que el estado tome por ti una decisión tan importante, significaría que te impone su voluntad y eso es anticonstitucional en la mayoría de los países occidentales.
Un cubano sabe además, que el día de las elecciones tiene que presentarse obligatoriamente en el lugar donde se efectúa el escrutinio, de lo contrario el presidente del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) viene a buscarlo a su casa para que lo haga; pero generalmente no hace falta tanta molestia, porque todas las personas saben que no votar te señala como desafecto al régimen y una tal actitud dentro de un sistema unipartidista como el cubano es una segura fuente de graves problemas. Por ejemplo, si quieres postular para un trabajo interesante (con acceso a las divisas) o entrar en la universidad, se te investiga y si por casualidad, el presidente del Comité de Defensa de la Revolución te denuncia por tu contrarrevolucionaria actitud (si es que no lo ha hecho ya antes) pues no tienes el trabajo o los estudios a los que aspiras, así es que, no sólo te inscriben contra tu voluntad, sino que tienes que votar también contra tu voluntad. Es la razón por la que en occidente no se inscribe a nadie por la fuerza en ninguna lista electoral.En Cuba esta medida presenta un problema adicional porque como sólo existe un partido único, no puedes siquiera manifestar tu inconformidad a su política no estando inscrito en las listas electorales (de hecho es lo que sucede aquí, muchas personas no van a votar porque suponen que su voto no va a cambiar la acción de los políticos, así es que ni se molestan) Sin embargo si les obligas sí que se molestarían y, mucho.
- Postulación de los candidatos directamente por los propios electores en asambleas públicas (en muchos países son los partidos políticos los que nominan a los candidatos).
Analicemos… son los electores quienes postulan los candidatos, no creo que en teoría exista ningún sistema mejor, por eso en la mayoría de los países es así como funciona, son los electores quienes lo hacen. En Cuba son efectivamente los electores quienes deciden en asambleas públicas, sobre aquellos que se consideran o no aptos para representarlos; sin embargo, no se presenta a cualquier vecino, la lista de las personas que se propondrán a la asamblea ya está predeterminada desde mucho antes, allí sólo se anuncian los nombres de aquellos que han sido “aprobados” por el Partido, sean miembros de él o no (aunque por lo general lo son). Luego la asamblea se decide por el candidato que más votos alcance a mano alzada. Un disidente, que proponga otro disidente, por ejemplo con este sistema público de votación, no tiene ninguna posibilidad de pasar la prueba de la asamblea popular, ya que como vimos, si manifiestas tu desacuerdo públicamente, esto tiene graves consecuencias para ti y para tu familia. En conclusión nadie se atreve, sería un suicidio. Ha sucedido que una asamblea postule un candidato disidente, si es alguien conocido y respetado en el barrio, pero una vez que llega al municipio su candidatura es bloqueada automáticamente.
- Inexistencia de campañas electorales discriminatorias, millonarias, ofensivas, difamatorias y manipuladas.
Este aspecto no creo que necesite ningún tipo de refutación particular. Los negros están muy poco representados en el aparato político cubano, aunque constituyen el 40% de la población adulta en Cuba, basta con mirar la composición de la Asamblea Nacional para comprobarlo. Como aquí en Francia por ejemplo, donde casi todos los representantes de la Cámara son viejos y blancos, hay pocos negros y casi ningún árabe. Es la única similitud que concedo.
Porque en Cuba tampoco existen representantes de la oposición, aunque hay disidentes, incluso algunos como el difunto Osvaldo Payá, que llegaron a recoger las firmas de 15000 simpatizantes ¿Cómo se explica que no haya un diputado de la oposición entonces? En Francia, aunque no existe la proporcionalidad según el número de votantes, los representantes de los partidos de extrema derecha e izquierda tienen sus representantes en el parlamento e incluso pueden llegar hasta la primera vuelta de la elección presidencial como ocurrió hace algunos años con el Jean Marie Le Pen, el candidato del Frente Nacional. En conclusión las elecciones cubanas discriminan a los negros, a los disidentes y no voy a mencionar el caso de los homosexuales porque tampoco hay que exagerar.
- Total limpieza y transparencia en las elecciones. Las urnas son custodiadas por niños y jóvenes pioneros, se sellan en presencia de la población, y el conteo de los votos se hace de manera pública, pudiendo participar la prensa nacional y extranjera, diplomáticos, turistas y todo el que lo desee.
Una vez que se rebasa el singular momento de la mano levantada en público delante de todos y se manifiesta la adhesión forzada a lo que está sucediendo, bueno… pues de toda evidencia no hay necesidad de asegurar más nada, existe la garantía de que los elegidos convienen a las exigencias de los órganos de poder, ¡faltaría más que se hiciesen trampa entre ellos!
- Obligación de que todos los electos lo sean por mayoría. El candidato sólo es electo si obtiene más del 50% de los votos válidos emitidos. Si este resultado no es alcanzado en la primera vuelta, irán a la segunda los dos que más votos obtuvieron.
Igual que por todas partes donde se practica la democracia representativa
- El voto es libre, igual y secreto. Todos los ciudadanos cubanos tienen el derecho a elegir y ser elegidos. Como no hay lista de partidos, se vota directamente por el candidato que se desee.
Ya explicamos que un voto en esas condiciones no puede ser libre, es absurdo, ni siquiera es un voto de verdad puesto que no existen partidos, ni opciones, ni programas particulares. En Cuba los vecinos escogen el candidato que tiene más “méritos”, es decir aquel que representa mejor la clase política y la ideología dominante (la persona que es o no del partido, que hace más trabajos voluntarios, que se destaca por su compromiso militante, participación en actos de defensa de la revolución, guerras castristas, denuncia a sus conciudadanos, etc) esa el la única elección posible. De todas maneras en todas partes aquí en occidente también existen cabinas electorales, así es que lo revolucionario de verdad sería que hicieran secreto desde el principio del proceso a ver qué pasaba.
- Todos los órganos representativos del Poder del Estado son elegidos y renovables.
Esto es una vasta broma que no resiste el más pequeño análisis. Es un hecho probado que los máximos dirigentes del Estado ejercen sus funciones desde hace más de cincuenta años. Aunque son los que más necesitan renovarse nunca han dejado el poder. El único que se ha movido un poco ha sido Fidel Castro y lo hizo obligado por una enfermedad invalidante.
- Todos los elegidos tienen que rendir cuenta de su actuación.
Veamos un poco, Cuba está en ruinas, cada año 37 mil cubanos desesperados abandonan el país por medios legales o ilegales. El pricipal recurso del país durante siglos, el azúcar está a niveles de producción de principios del siglo XVIII. Cada día en la ciudad de La Habana se caen tres edificios por falta de mantenimiento. La red eléctrica no funciona, ni la de alcantarillados, los acueductos más modernos fueron construidos por el Capitán General Tacón, así es que el agua llega en camiones cisterna a la población, las calles están llenas de huecos, el país tiene que importar todos los alimentos que consume. Las prisiones están llenas de personas que han cometido sobre todo delitos de tipo económico (matar vacas es el más común o por robar al Estado que es el dueño de todo). Los altos dirigentes del partido benefician de prebendas y privilegios. El señor Fidel Castro, figura en las lista de los hombres más ricos del mundo según la Revista Forbes y, aunque se dijo en su momento que la llevarían en justicia por difamación, ningún recurso al respecto se ha presentado en las cortes de los Estados Unidos. Raúl Castro también posee una fortuna personal, su antigua esposa pertenecía la familia Bacardí y nunca renunció a su herencia por razones ideólogicas. Las calles llenas de prostitutas… Esta lista no es exhaustiva. Cualquier dirigente en occidente por menos que eso ya estaría desaparecido del mapa político o preso.
- Todos los elegidos pueden ser revocados en cualquier momento de su mandato.
Se puede añadir (o fusilados) pero no queremos llegar a esos extremos. Se revocan a los miserables y corrompidos cuando ya no sirven, o se vuelven peligrosos políticamente, pero los responsables, los verdaderos responsables de la catástrofe siguen ahí.
- Los diputados y delegados no son profesionales, por tanto no cobran salario.
¿Y eso es está bien? Si dedicas tu tiempo (a veces todo tu tiempo) a resolver los problemas de los demás, ¿No te mereces un salario por eso? Todo trabajo merece un salario, es lo normal. Lo que no es normal es utilizar la Hacienda como si fuera cosa propia o robarse el dinero de los demás nacionalizándolo sin indemnizaciones.
- Alta participación del pueblo en las elecciones. En todos los procesos electorales que se han celebrado desde el año 1976, han participado más del 95% de los electores. En las últimas elecciones para Diputados en 1998 votaron un 98,35% de los electores, resultaron válidos el 94,98% de los votos emitidos, fueron anuladas el 1,66% de las boletas y depositadas en blanco sólo el 3,36%.
La razones de esta participación ya han sido explicadas, ver punto uno y dos. Concerniendo el número de votos anulados, como no existe una Comisión Electoral Independiente, ni una Policía imparcial resultan inverificables. En los años de nuestra alocada juventud, muchos nos hemos divertido poniéndonos de acuerdo para votar blanco o escribir «Abajo Fidel» en las boletas, pero al final ¡sorpresa! todos los votos han sido validados por el presidente del colegio electoral.
- Los Diputados a la Asamblea Nacional (Parlamento) se eligen para un mandato de 5 años.
Valiente cosa
- La integración del Parlamento es representativa de los más disímiles sectores de la sociedad cubana.
Falso, como ya se explicó en el punto tres
- Se elige un diputado por cada 20 000 habitantes, o fracción mayor de 10 000. Todos los territorios municipales están representados en la Asamblea Nacional, y el núcleo base del sistema, la circunscripción electoral, participa activamente en su composición. Cada municipio elegirá como mínimo dos diputados, y a partir de esa cifra, se elegirán proporcionalmente tantos diputados como habitantes existan. El 50 % de los diputados tienen que ser delegados de las circunscripciones electorales, los cuales tienen que vivir en el territorio de la misma.
Sería genial dejar esto así el día en que existan unas verdaderas elecciones, me parece muy justo.
- La Asamblea Nacional elige, de entre sus Diputados, al Consejo de Estado y al Presidente del mismo. El Presidente del Consejo de Estado es Jefe de Estado y Jefe de Gobierno. Ello quiere decir que el Jefe del Gobierno cubano tiene que someterse a dos procesos electorales: primero tiene que ser electo como Diputado por la población, por el voto libre, directo y secreto, y después por los Diputados, también por el voto libre, directo y secreto.
¿Para qué sirve un consejo de Estado si las decisiones las toma un número reducido de personas para no decir una sola? En su tiempo el señor Castro además de comandante en Jefe, concentraba los siguientes cargos: Presidente de Cuba, Presidente del Consejo de Estado y de Gobierno, Presidente del Consejo de Ministros y Secretario General el Partido Comunista de Cuba. Pero bueno, pasemos a las cosas serias; en una democracia que se respete existen tres poderes independientes el ejecutivo el legislativo y el judicial. Las Asambleas Nacionales no están para elegir a nadie sino para proponer, discutir y votar las leyes del país, ésta influye en el ejecutivo por la vía parlamentaria pero no lo elige, de lo contrario este tendría las manos atadas para tomar las decisiones imprescindibles de su mandato obtenido por el voto popular y un programa bien definido, sujeto a controversia con otros candidatos, algo que no sucede en Cuba.
- Al ser la Asamblea Nacional el Árgano Supremo del Poder del Estado y estarle subordinada a ella las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales, el Jefe de Estado y de Gobierno no puede disolverla.
Repetimos la Asamblea no puede concentrar todos los poderes del Estado. Todo poder que se concentra termina convirtiéndose en tiranía en un momento u otro, por eso es que en una sociedad democrática tiene que repartirse, de hecho, es lo primero que se inscribe en una constitución. Y como se ha demostrado que esto tampoco es suficiente para garantizar la democracia representativa, tienen que existir otros contrapoderes independientes como la prensa, por ejemplo, para balancear la ecuación que como se sabe no es perfecta ni mucho menos, pero mucho más representativa que una asamblea de la que “dimanen todos los poderes”
- La iniciativa legislativa es patrimonio de múltiples actores de la sociedad, no sólo de los diputados, del Tribunal Supremo y la Fiscalía, sino también de las organizaciones sindicales, estudiantiles, de mujeres, sociales y de los propios ciudadanos, requiriéndose en este caso que ejerciten la iniciativa legislativa 10 000 ciudadanos como mínimo que tengan la condición de electores.
Esto es cierto, pero las iniciativas populares no las inventó el castrismo. Lo que si ha hecho el régimen cubano es desplegar una infinita imaginación para impedirlas por medio de la coacción violenta (golpizas, intimidaciones, encarcelamiento y algún que otro asesinato) de aquellos valientes que desean llevarla a cabo y si lo consiguen, pues no hay problemas; como el régimen dispone de todos los medios de comunicación, presenta una contrapropuesta a nivel nacional y la anula, como ya sucedió con el Proyecto Varela.
- Las leyes se someten al voto mayoritario de los Diputados. Lo específico del método cubano es que una ley no se lleva a la discusión del Plenario hasta tanto, mediante consultas reiteradas a los diputados y teniendo en cuenta las propuestas que han hecho, quede claramente demostrado que existe el consentimiento mayoritario para su discusión y aprobación. La aplicación de este concepto adquiere relevancia mayor cuando se trata de la participación de la población, conjuntamente con los diputados, en el análisis y discusión de asuntos estratégicos. En esas ocasiones el Parlamento se traslada a los centros laborales, estudiantiles y campesinos, haciéndose realidad la democracia directa y participativa.
Esto es un cuento chino, pura charlatanería demagógica que no se la cree ni el que la escribió. Una vez elegidos en una verdadera democracia, los diputados tienen en mandato por cierto tiempo para proponer las leyes y defender los intereses de quienes los eligieron ante la Asamblea. Una vez que sus mandatos son efectivos, simplemente deben trabajar para aplicar el programa por el cual fueron votados. Este punto, repito, es el más alocado de todo los anteriores.
En conclusión las elecciones en Cuba son una farsa como ha quedado demostrado sin muchas dificultades en este artículo. Las posibilidades de que esta situación cambie son remotas en la actualidad. Es por eso que en pleno periodo electoral, nuestra asociación propone una verdadera alternativa democrática: La aprobación por referéndum de los decretos de noviembre de 1897 que hacían de Cuba una autonomía española; a nuestro juicio el único sistema posible, no sólo en Cuba, sino en el resto de los antiguos dominios españoles del Caribe.