Salvando la distancia existente en su imagen física y la que también se da con lo que mejor pueda sonar el nombre de las personas, en este caso Elpidio y Mercedes, ya que se dan casos en que el nombre de un individuo pueda suponerle un hándicap a la hora de caer más o menos bien a los demás, debo decir que no veo razonamiento alguno para que la jueza Mercedes Alaya, instructora del caso de los ERE en Andalucía, no deba ser apartada del caso de forma fulminante. Si en lo que concierne al juez Elpidio José Silva, este fue apartado del caso Blesa por, según la Audiencia Provincial de Madrid, haber tratado indebidamente todo lo relacionado con el encarcelamiento del expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, también la jueza Alaya creo que se ha excedido en sus competencias. He de decir que hasta hoy el trabajo llevado a cabo por la jueza Alaya en el caso de los ERE me había parecido digno de toda alabanza, pero no sé por qué los humanos nos empeñamos en empañar lo que podríamos llamar conducta o trabajo ejemplar con ciertas actuaciones que echan por tierra toda consideración y respeto de los demás.
No voy a ser yo quien critique o comente la actitud de la jueza Alaya al imputar, de una “tacada”, a 21 personas, entre
ellas la exconsejera de la Junta de Andalucía y exministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y he dicho que no voy a ser yo quien juzgue si lo ha hecho bien o mal sino que voy a utilizar las declaraciones que el magistrado emérito del Supremo, Martín Pallín, hizo en la entrevista que le hicieron en la cadena SER. Martín Pallín, advirtió de que “el auto que imputa a Magdalena Álvarez junto con otras 20 personas, es “desconcertante” y “nulo” porque no aclara qué delito les imputa a las personas”. “La Constitución exige como garantía procesal decirle a las personas procesadas de qué es acusado, leo y releo, si fuera uno de los de la lista diría “señoría aclárese”. Martin Pallín, dijo también que si fuera la imputación contra Magdalena Álvarez por malversación o prevaricación “sería una locura” porque exige que haya ánimo de lucro o connivencia con los que se llevaron el dinero. Y si fuera prevaricación, por dictar una resolución injusta, advirtiendo a este respecto que la ley fue aprobada por el Parlamento andaluz y por tanto “tendría que ir a por los parlamentarios que han aprobado la norma”. También dijo el magistrado emérito del Supremo que la jueza “se ha metido en un charco” después de investigar “muy bien” el fraude.
El pasado miércoles en el programa “Al Rojo Vivo” de la Sexta, pudimos ver unas imágenes y unos datos que ponían de manifiesto que la jueza Alaya siempre que en Andalucía se daba algún proceso electoral ¿casualmente? daba un espectacular paso en lo que a la investigación del fraude de los ERE se refería. No se pero todo esto comienza a ser un tanto extraño. Esto me recordó a un juez, no voy a decir su nombre porque ya ha fallecido, que cada vez que había elecciones de cualquier naturaleza, “reflotaba” el “caso Filesa”.
En cualquier caso este auto de la jueza Alaya, crea alarma en la ciudadanía que puede verse imputada en cualquier momento sin motivo ni causa alguna quedando su nombre en entredicho y expuesto a dimes y diretes. Es de esperar que los que están por encima de esta jueza actúen en consecuencia y tranquilicen a la sociedad. No se puede jugar con el buen nombre de nadie por muy juez que se sea. Como digo al principio, salvo por el hecho de tener un nombre, Mercedes y no Elpidio, que no levante comentarios jocosos, no veo la diferencia para que la jueza Alaya también sea apartada del caso. Pero no, no lo van a hacer.