Si existe en este país nuestro un colectivo verdaderamente perjudicado por efecto de la crisis y sus secuelas posteriores, es el constituido por esos cientos de miles de jóvenes, muchos de los cuales, perfectamente preparados, son incapaces de encontrar un empleo para independizarse, realizarse, y dejar de ser un lastre para sus respectivas familias.
Viven frustrados cursando solicitudes, enviando C.V. a todos los portales de empleo, empresas, contactos y redes sociales, pero siempre con resultado negativo.
Esa es la dura realidad del panorama del empleo juvenil en España, motivo que ha propiciado el crecimiento de la figura del emprendedor. Dicho recurso, que no es tarea fácil precisamente, implica un cambio de vida importante, bien creando una pequeña empresa en solitario o en compañía de terceros en similares circunstancias. Normalmente se trata de personas que partiendo de una idea, hacen lo posible para convertirlo en un proyecto concreto con ciertas expectativas y que pueda resultar rentable.
Entre las características afines que distinguen a este segmento de creadores destacan inquietud e innovación, dotados de tenacidad y entrega pero realistas y dispuestos a afrontar desafíos, apoyándose en el principio de que «la carencia de medios estimula la inteligencia»
Lo descrito anteriormente encaja perfectamente con la actitud de la joven Tamara, quien tras terminar sus estudias y harta de buscar empleo sin éxito, ayudada por su familia, decidió montar un pequeño establecimiento dedicado a la venta de frutas y verduras selectas, que compra personalmente y a diario para ofrecer lo mejor del mercado.
Nada nuevo aparentemente en esta iniciativa con independencia de incorporar otro concepto consistente en ofrecer la mejor calidad pero con precios más reducidos, sacrificando margen de beneficio a cambio de compensarlo con una mayor afluencia de público, tal como se viene demostrando desde su inauguración, y que obviamente, beneficia a sus clientes.
Al margen de la teoría en torno al margen/afluencia, en su establecimiento, ubicado en el conocido barrio malagueño del “El Palo” (Avenida de Juan Sebastián Elcano), su mayor inquietud pasa por fidelizar a sus consumidores, lo que está consiguiendo poniendo en práctica el clásico método, y no por ello menos eficaz, de las “tres SSS” (saludo correcto, sonrisa agradable y servicio adecuado), al que la propietaria a añadido otra “S” de seriedad, en todo lo concerniente a cualidades, precios, cantidades, etc. de todos sus productos que compatibiliza con promociones puntuales.
En su pequeña tienda no hay espacios para el lujo, siendo la propia mercancía la encargada de la decoración, unido al encanto y amabilidad que aporta la propietaria creando un agradable clima, que en definitiva es lo que buscan y satisface a los clientes y todo ello realizado con la mayor naturalidad.
Cada día y con mayor frecuencia, nos encontramos con nuevas pequeñas empresas en el mundo del comercio que conviven perfectamente con las grandes superficies, con atención personalizada y dirigidas por los citados emprendedores, quienes gestionan sus negocios con una dedicación y empeño dignos de encomio y en muchas ocasiones colaborando con la creación de empleo a medida que evoluciona el negocio. ¡¡Que cunda el ejemplo!!