Ha sido un fin de semana movidito. Después del G-20 en Londres, cumbre de la OTAN en Baden-Baden (antigua capital del Gran Ducado de Baden), en Kehl y en Estrasburgo. Después la cumbre de la UE en Praga. Y para acabar, una cumbre de la Alianza de Civilizaciones con Turquía en Estambul, a la que acudió también nuestro inventor de la Alianza.Siguiendo la actualidad en la televisión alemana, aquello abrumaba por la sucesión de reuniones de máximo nivel en tantos sitios y todos dominados por la canciller federal alemana Merkel, cual una gallina con sus pollitos al paso de la oca.
Desde luego, Merkel ha pulido su imagen exterior, omnipresente en todos los actos, en las conferencias de prensa con Obama, dejando incluso a Sarkozy en un tercer lugar.
La imagen de Obama, realzada, pero no por ello menos preocupante, intrigante, desconcertante. Obama es una incógnita. Su estilo, calmado, elegante. Sabe observar y actuar como gran estadista, pero sigue sus propias reglas. Ya lo decía en verano: Obama tiene mentalidad de potencia vencedora, y así se mueve, así habla y así actúa.
Realmente, de las cumbres poco ha trascendido. Ayer se pudo leer que el sí del primer ministro islamista turco Erdogan a la elección del primer ministro danés Rasmussen para convertirse en Secretario General de la OTAN se ha comprado a cambio de la creación de una vicesecretaría general de la OTAN, cargo hasta ahora inexistente, para cederla a los turcos. Y quién sabe… la entrada de Turquía en la UE tal vez también. Porque Obama quiere un acercamiento al islam. No por último, Obama tiene un tenebroso pasado musulmán, y no en vano se llama también «Hussein«, nombre que tanto le produce vibraciones de alegría a Zapatero.
«Turquía ha ganado la prueba de fuerza», tituló el diario progubernamental turco Sabah, y otro diario progubernamental Yeni Safak publicó un listado de varias «condiciones cumplidas» de Ankara para el nombramiento de Rasmussen. Según «Yeni Safak«, Rasmussen incluso prometió pedir disculpas por las caricaturas de Mohamed – tal vez esta misma semana, ya que participó junto a Obama en la cumbre de la «Alianza de las Civilizaciones» en Turquía. Esta Alianza, según Die Welt, constituye una especie de foro puente entre los países cristianos e islámicos. El primer ministro turco Erdogan dijo a todo esto que la presencia de Rasmussen sería «una especie de disculpa en sí misma. Otros medios lo veían de una forma similar: Rasmussen «se presentará y pedirá disculpas», tituló el diario de masas “HÁ¼rriyet”, y «Posta“ resumió: «Turquía ha ganado».
Así que con esas estamos: El danés encoge el rabo y se autohumilla, con tal de hacerse con el cargo. ¿Cómo lo verán sus votantes? ¿Cómo es que un país occidental y democrático pide disculpas por haber permitido y defendido la libertad de expresión?
Mientras tanto, el zopenco de León hace de estadista del mundo mundial y ofrece la colaboración de su malograda alianza de incivilizaciones con la OTAN. Buena jugada la de combinar su alianza con las supercumbres de OTAN y UE y conseguir encima que su adorado Obamita acuda a la cita. Sólo que en lugar de alianza se trata de una banda de extorsión. Erdogan le da mil vueltas en astucia al primer ministro español, feliz con tanta foto con Obama y con otros mandatarios, después de haber salido entre los primeros levantando mucho polvo en Estrasburgo, según comentó la cadena alemana Phoenix.
Otro aspecto interesante: La cumbre de la OTAN se celebró lejos, muy lejos del pueblo. Para empezar, la policía francesa impidió a los habitantes de Estrasburgo que salieran a la calle libremente, y los que se acercaron a la zona del evento eran sólo estos caóticos antisistema, con banderas comunistas y pacifistas, en un número bastante reducido, para levantar barricadas, incendiar un hotel y una caseta de aduanas y levantar mucho humo.
Obama ensayó cercanía popular con un público selecto, y entre las pocas preguntas que le pudieron formular, una chica francesa le preguntó por su perro, que cuándo llegaría y tal. ¿Es ese el interés de la juventud por la política mundial? No creo. Pero es lo que trasciende a la opinión pública. Berlusconi acabó dando la nota, como tantas veces. Disgustó a Merkel al no unirse al grupo d emandatarios para cruzar el puente entre Kehl del Rin (Alemania) y Estrasburgo (Alsacia, Francia) y se perdió la foto. Al llegar a Baden-Baden, a Zapatero le pasó algo similar, porque llegó tarde y pilló el atasco provocado por los cien coches oficiales de Obama – y no salió en la foto de la bienvenida. Haberse levantado antes.
Los discursos fueron lo mismo de siempre. Especialmente Obama confirmó lo que ya dejó entrever en Berlín en 2008: No dice nada, todo son declaración de intenciones, nada concreto. Dijeron que van a tomar medidas contra instrumentos financieros como los Hedge Fonds o los paraísos fiscales… pero tardarán unos años en ponerlo en práctica en todos los países, lo que viene a ser lo mismo que decir que no se hará nada realmente.
Fantochadas obamitas:
Acabar con el armamento nuclear. ¡Qué bien, qué bien! Creo que se entenderá perfectamente con Zapatero. Los dos son utópicos y lo más seguro es que lo dicen para contentar al público de bajo perfil. En el caso de Zapatero hasta me creo que crea en ello, en lo que se refiere a Obama, no creo que nada de lo que dice pretender hacer lo piensa hacer. Al fin y al cabo es uno más al servicio del Club Bilderberg. Si no, ¿por qué habla del nuevo orden mundial? Pues eso. Bilderberg cien por cien.Pocas cumbres han resultado ser tan de teatro mundial como estas del fin de semana. Pocas tan alejadas de la realidad social.
El pueblo no interesa a la gente de Bilderberg, van a lo suyo. Turquía es un ejemplo más de lo que es capaz Obama. Los americanos nos imponen a los europeos lo que no queremos. Ellos sólo piensan en mapas e intereses estratégicos, no en realidades sociales, étnicas e históricas en la vieja Europa. El mandato de Obama va a ser desastroso para Europa e incluso para EE.UU. Su manera tan calmada tiene algo escalofriante. Su mirada es gélida. Á‰l sabe lo que tiene detrás y lo que tiene que hacer para servir a sus amos. Las cumbres han dejado claro que la democracia no existe.
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Sobre el Autor
Jordi Sierra Marquez
Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.