Mary Scholes, profesora en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo (Sudáfrica), ha presentado durante la Cumbre del Clima de Durban el proyecto DEBITS en el que estudian el impacto de los elementos químicos en África Tropical. Sus trabajos de investigación se centran en la fertilidad del suelo y la biogeoquímica en las sabanas, las plantaciones forestales y tierras de cultivo.
¿Qué actividades desarrollan actualmente en el programa Debits?
Nuestro objetivo es investigar de forma global cómo afecta la química a la atmósfera. Este programa se enmarca dentro de un proyecto más amplio denominado IGAC, que tiene carácter internacional y que abarca diferentes áreas de estudio. La química de la atmósfera es sólo una de ellas. Estudiamos cambios en la composición, las concentraciones de gases y el posible impacto sobre la humanidad.
Su investigación se centra en la química atmosférica de los trópicos. ¿Qué es lo que ocurre con la polución en el continente africano?
Lo cierto es que en África no tenemos una atmósfera particularmente limpia. Lo más significativo es que los puntos de la actividad industrial están muy localizados. Aunque existe una producción industrial en el oeste del continente, la mayoría de la actividad se focaliza en el sur. Si nos centramos en la contaminación de la atmósfera, principalmente esta circula sobre la misma zona done se produce. Es decir, sube a la atmósfera, circula y vuelve a caer de nuevo en esa parte del continente. La situación de África occidental es que los aerosoles que circulan se vinculan con el polvo de las zonas extremadamente áridas, como el desierto del Sahara, y en África Occidental las partículas ácidas que se suspenden en la atmósfera caen de nuevo en estas regiones. Es decir, la mayoría de las partículas que circulan en la atmósfera son de carácter regional, tan sólo a veces se produce un transporte a larga distancia.
¿Y hacia dónde se desplazan estas partículas?
Hemos comprobado que el polvo que sopla desde el oeste de África se puede trasladar al otro lado del Atlántico, hacia la selva tropical del Amazonas. Si analizamos la cantidad de nutrientes, vemos que la lluvia en América del Sur y algunas de la selva tropical en el sur de Estados Unidos está contiene polvo de África. En el programa de débitos nos fijamos en la región africana, así como para la transferencia entre los continentes.
¿Cuál es el impacto principal de estos compuestos químicos sobre la calidad de vida de la población?
Los principales impactos se pueden dividir principalmente en dos: la calidad del aire en los ecosistemas y los efectos sobre la salud. Especialmente en el sur de África, la calidad del aire que la gente respirar está muy deteriorada. Pero no sólo es el aire que se respira, además afecta a la visibilidad y en días malos no se puede ver más allá de un kilómetro. Aquellas partículas muy pequeñas, que las personas respiran, son las que pueden provocar cáncer de bronquios o otros tipos de cáncer. Respecto al ecosistema, afecta tanto al suelo y como al agua.
¿También a los ecosistemas marinos?
No es que afecte directamente, pero afecta a los invertebrados, es decir, a los animales pequeños que viven en los sistemas y que son necesarios para el equilibrio de estos entornos. Se han hecho muchos estudios sobre el agua, pero la mayoría en ecosistemas del agua dulce de la región y no tanto en el medio marino.
¿Qué trabajos van a desarrollar en el futuro?
La mayoría de los trabajos se concentra en la atmósfera, los océanos, la tierra, etc. pero no se relacionan en un único modelo. Con lo cual, el entendimiento se produce en “pequeñas cajas inconexas”. Sabemos cómo funciona la atmósfera, el suelo o el agua, ahora nos falta conectar ese conocimiento. Lo siguiente es el desarrollo de modelos por pares, que nos ayudará a gestionar el sistema para tratar de detener las emisión de gases de efecto invernadero.
Eva Rodríguez / SINC