Por José Yorg, el cooperario
Ha … che retÁ£ Paraguay…
piko péichanteva’erÁ£
ne memby nderayhuha
nderehe ndaorepo’ái.
Epóna ha esapukái,
emondohó pe ne sÁ£,
topami tekoasyeta
¡Ha… che retÁ£ Paraguay !
Teodoro S. Mongelós
“Quienes han claudicado no tienen fe ni esperanza en el triunfo de la justicia social. Son sensibles a las presiones, a los halagos, a las componendas, a la vida cómoda y al calor oficial”. Agustín Tosco
¿A qué Lugo derrocaron los golpistas? Desde luego que podríamos convenir que no al de la esperanza, al del cambio transformador, apostaron por el contrario, en su maléfica jugada, defenestrar del poder a una figura desgastada, a un hombre adaptado a la vida cómoda y displicente. Esto es, cuanto menos llamativo, creo.
No está absolutamente en discusión la ilegitimidad del proceso legislativo que truncó un periodo constitucional que sin dudas los convirtió en golpistas parlamentarios.
Nuestra mirada se centra en una nueva circunstancia, en un nuevo escenario político y por ello nos adentramos en el tiempo de contienda electoral, en un tiempo que tiene que ver con recuperar lo perdido.
El Lugo derribado de la presidencia de la Republica del Paraguay era ya una representación totalmente desgajada, carente ya de fuerzas para emprender alguna medida política a favor de la reforma agraria, es más, lo había archivado!
Hacia rato que el ex obispo había adquirido la mayor desilusión en sectores menos favorecidos, en especial de los labriegos, se visualizaba con facilidad que en él ya no había energías para cumplir las promesas hechas.
El desalojo compulsivo del parlamento paraguayo, saturado de células stronistas , pareció despertarlo de un largo letargo que había embotado su frágil conciencia social de pastor hacia sus rebaños más necesitados de pan y trabajo.
¿Y ahora, qué busca Lugo? Muchos se interrogan. Difícil develar, pero algo pudiera entreverse en rendijas estrechas de su accionar.
El cooperativismo del Siglo XXI había depositado también su esperanza en el proceso político encabezado por Lugo y también se desilusionó en desgajes lentos pero persistentes.
Ahora es tiempo de renovar energías y de alzar nuevas esperanzas libertarias para un Paraguay doliente y sufrido, sus hijos más consecuentes repiten al unísono aquello de “seremos una muralla”……..”Somos tu esperanza”.
¿Pero, dónde está la esperanza libertaria paraguaya?
De la sombra, de la muchedumbre, de la unión lenta se yergue el entusiasmo libertario, y desde el Movimiento Cooperativo del Siglo XXI estamos prestos, actuantes ya con nuestros modestos aportes porque sabemos que la base de una reforma agraria es cooperativa, sin la cual no será posible romper con el pasado vergonzante y caduco que frena el desarrollo económico-social.
La esperanza se renueva, se despereza ya, sólo aguarda por nuestros esfuerzos. El temple legado por el Dr. Gaspar Rodríguez de Francia y los López a nuestra nacionalidad es nuestra carta mayor.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!