América, América
todo un inmenso jardín
esto es América.
Cuando Dios hizo el edén
pensó en América.
…. de un pueblo que aún
no ha roto sus cadenas. Nino Bravo.
Este artículo pretende-además de expresar nuestro pensamiento- fundamentalmente estimular un debate,cuyas conclusiones exprese las posibilidades de unificar a Bolivia y a Paraguay en una estratégica integración económica, quebrando viejas estructuras mentales que han limitado el desarrollo de las fuerzas productivas, especialmente de Paraguay, en razón de su histórico engarzamiento retardatario con la Argentina y Brasil.
Es muy conocida la política centralista porteña (Argentina) que ha postergado desde los albores de su nacionalidad el desarrollo económico de sus propias provincias y que en consecuencia ha adquirido y desarrollado esa cultura de dominio, por cierto hoy diversificada en su aplicación.
Por su parte Brasil no le esquiva mañas al asunto, no ha devuelto las reliquias sagradas paraguayas, no ha recuperado su dignidad en ello, y nada nos hace pensar que rectifique actitudes en el futuro inmediato.
A nuestro juicio, modestísimo, las lecciones del pasado deben servir para producir nuevos escenarios favorables en el presente, todo indica entonces que cambiar la ecuación Mercosur, agregándola la integración firme y férrea con Bolivia tendríamos una sana buena nueva en Latinoamérica en pos de un crecimiento económico más armonioso.
Al ubicarnos en este planteamiento de integración económica- que desde ya no es original-pretendemos subrayar la capacidad que poseen los países para formar bloques económicos; aludimos sin más a sus capacidades soberanas e independientes de modificar arcaicas y rígidas estructuras por otras de mayor flexibilidad y en virtud a ello, amplíe y profundice nuevas y vigorosas localizaciones de integralidad en ámbitos geográficos que resulten altamente de mutuo beneficio, o mejor aún, como dijo Martín Fierro, muy parafraseado por Perón: “...no es para mal de ninguno sino para bién de todos”
El estrangulamiento comercial y de otras que sufren Bolivia y Paraguay en razón de su mediterraneidad es un primer motivo más que suficiente para integrarse en búsqueda y encuentro de corrección, puesto que ambos comprenden en carne propia las limitantes que ella acarrea.
La fórmula de la cooperación “esfuerzo propio y ayuda mutua” es un fórmula llamada a caracterizar la unión entre Bolivia y Paraguay. Los Movimientos Cooperativos de ambos paises deberían tomar iniciativas que coadyuven a una integración solidaria y fraterna.
Claudia Zegarra Rivero, representante del Vice-ministerio de Descolonización del Estado Plurinacional de Bolivia aludió en una entrevista a Periodismo Internacional Alternativo-PIA-de Chile que “mar para Bolivia es un tema de Latinoamérica” esta declaración encuentra evidencia en la necesidad también de Paraguay.
Resulta interesante un informe emitido desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -Cepal- sobre esta cuestión , y específicamente a lo que hace al costo de la mediterraneidad que representa para Bolivia y Paraguay,aludiendo que “No contar con litoral marítimo efectivamente obliga a estos dos países a exportar e importar productos a través de fronteras con países vecinos, frecuentemente utlizando para ello modos terrestres que son intrínsecamente más caros que el marítimo”. (http://www.cepal.org/transporte/noticias/bolfall/5/12475/FAL203.htm)
“Por otra parte, la lejanía de puertos marítimos no es atributo exclusivo de los países sin litoral; más bien está compartida por estados o provincias como Mato Grosso, en Brasil o Tucumán, en Argentina, que forman parte de países con litoral. Si se lograra una perfecta integración política y económica en la región, las distancias, y los accidentes topográficos, entre puntos como La Paz, Bolivia, y Arica, Chile, o Asunción, Paraguay y Paranaguá, Brasil, no mostrarían variación alguna. Pero sí desaparecerían las demoras en los cruces fronterizos, y sus costos relacionados”.
“Para los dos países sin litoral, el costo de cruzar fronteras, aunque significativo, representa una fracción relativamente baja en el costo de los tramos terrestres de su transporte internacional. De mayor importancia para estos países, representan la dependencia de los servicios de infraestructura y la institucionalidad de los países de tránsito para el transporte de su comercio exterior”
“Es evidente que el mayor costo de la mediterraneidad no es económico, sino relacionado con una falta de autonomía. Los países sin litoral tienen fuera de su control directo materias de las cuales dependen críticamente los costos de hacer llegar sus productos a los puertos de ultramar, como la calidad de las carreteras en los países de tránsito, los peajes cobrados por su uso, los impuestos aplicados al combustible y el tipo de cambio que rige en estos países; sin embargo, la mayoría de estas situaciones podría ser controlada indirectamente mediante convenios firmados con los países de tránsito”.( lo subrayado es nuestro)
En el último párrafo esta dicho el meollo de la cuestión: para firmar convenientemente esos convenios se necesita de enorme capacidad política y de diálogo, provenientes, desde luego de una vocación de proceso autónomo y dinámico que sólo podría encontrarse en una alianza estratégica boliviana-paraguaya de carácter soberano e independiente, sin dudas.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!