«Poco a poco se irá reconstruyendo el estatuto del coloniaje, reduciendo a nuestro pueblo a la miseria, frustrando los grandes ideales nacionales y humillándonos en las condiciones de país satélite», nos advertía con toda razón Don Arturo Jauretche en el año de 1955, si, ese gran escritor y político argentino, pero sobre todo un gran hombre con sensibilidad social.
Así nos sostenemos en esa advertencia para configurar el escenario inmediato al genocidio llamado “Triple Alianza” que acabó con el único proceso verdaderamente autónomo e independiente de América Latina enclavada en su corazón: Paraguay.
El proceso socio-económico iniciado y desarrollado en Paraguay desde 1811 hasta su destrucción total en 1870, se sostuvo bajo principios científicos de política económica de avanzada, en cuanto a que ello concurrió a construir un orden social superior en la escala evolutiva de la organización política de la humanidad.
A estas apuntadas conclusiones arribamos luego de realizar un severo análisis con la ciencia que examina el modelo de producción capitalista que contrasta frontalmente con otros modelos, por ejemplo, con el modelo cooperativo y ni qué decir del modelo socialista.
Las ideas socialistas surgidas en Europa a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX como reacción ante las calamidades y ruinas perpetradas por el industrialismo naciente, base material del capitalismo y que modificó la sociedad, adecuándola a ella, no pasaron, sin embargo, desapercibidas para el Dr. Francia, un hombre de insaciable apetito intelectual quien decidió llevar a la práctica aquellos sueños de una economía social.
Ideas y aspiraciones sociales y cooperativas que en el suelo paraguayo germinaron en la época colonial por la unión de dos corrientes culturales amalgamadas: la jesuítico-guaranítico que aportaron sustento firme a la gran obra que luego encaró el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia
Si cotejamos las medidas políticas económicas adaptadas en defensa de la nación paraguaya en su interna aplicación y luego en el campo externo nos daremos perfecta cuenta de su necesaria correspondencia con el objetivo de construir una Patria libre, soberana y justa en un contexto turbulento y agresivo a esa experiencia ya que poseía un carácter en contrapelo a las ideas liberales de la época.
¿Cómo sobrevivir en un mundo desenvuelto bajo leyes cuya lógica de relación es la dupla expoliador-expoliado? ¿Cómo escalar hacia un estadio superior de organización económico-social y político que desbroce las desigualdades?
¡Desafíos que enfrentaron los López y el férreo Dr. Francia!
El Estado Independiente paraguayo, teniendo ante sí a la economía mundial capitalista, adoptó una actitud empresarial de magnánimas dimensiones, toda vez que importaron y exportaron mercancías, adquirieron tecnologías externas, contrataron técnicos e ingenieros industriales y enviaron al extranjero a realizar estudios de especialización en diversas ramas del conocimiento tendiente al ensamblaje de una nación industrial previa superación de las relaciones económicas feudales existentes.
Se dieron a la gigantesca tarea de elaborar y ejecutar un modelo de producción organizado y planificado, evitando el desenvolvimiento económico anárquico y con orientación clara a favorecer a las grandes mayorías y no a favor de castas que a su vez servían a poderes del frente externo.
El Estado paraguayo del Dr. Francia y de los López fue un ente político en permanente evolución que atravesó etapas, tales como de aislamiento, proteccionismo, y de apertura con control, cada una de estos eslabones económico-político respondió a la necesidad que demandó, precisamente, enfrentar un contexto adverso, sin embargo, los resultados colocaron al Paraguay con una desarrollada estructura industrial sin par en el continente y que ya lo he destacado en otro artículo que develan que el Paraguay de hoy está más atrasado-comparativamente- que entonces…¿cómo es posible?, cuestiono nuevamente.
La importancia incontrastable de estas experiencias-más allá del desenlace- radica en que los gobiernos del Dr. Francia y luego la de los López (Don Carlos Antonio López y a posteriori Francisco Solano López) constituyeron laboratorios sociales que auscultaron y evidenciaron nuevas bases de organización y administración de la sociedad en la pretensión del mejoramiento humano en su relación igualitaria y equitativa.
El presente histórico es desalentador, no se ha resuelto el infortunio mayoritario pese al extraordinario avance científico y tecnológico a que se ha llegado, por el contrario, se ha agravado al extremo de empujar la extinción de la especie humana por destrucción de la naturaleza, nuestro único habitad.
La historia de las ideologías no terminó porque el problema fundamental persiste: injusticia social.
Y como la humanidad prosigue sin desmayos su búsqueda de construcción de un mundo mejor, pudiera ser que esta experiencia trunca encontrara mentes y corazones receptivos que encarnados en un gran movimiento político reiniciaran ese proceso, no empezarían de cero, pues se cuenta con un formidable bagaje de aciertos y errores que los iluminarán.
Adquiere gran estatura, no tan sólo moral, sino científica, el prospecto de organizar la producción y distribución de la riqueza sobre bases cooperativas a fin de construir sociedades que superen el canibalismo económico. Es por ello que estamos animados a afirmar que… ¡el Dr. Francia y los López fueron adelantados en política económica social!
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!