Que nadie se equivoque. La ayuda, préstamo o rescate de 100.000 millones de euros que va a proporcionarnos la Unión Europea no constituye ningún premio, sino el público reconocimiento de nuestro rotundo fracaso financiero. Obedece pura y símplemente a la desastrosa gestión realizada en las cajas de ahorro reconvertidas en bancos, por parte de unos desaprensivos administradores, unido a ignorantes políticos y sindicalistas instalados en sus consejos de administración por intereses partidistas. El verdadero problema, o uno más, se producirá cuando ese dinero llegue a la entidades “necesitadas” y mucho nos tememos que en principio esos fondos, egoístamente, sean dedicados a tapar sus propios agujeros y no para que fluya el préstamo a pequeñas y medianas empresas con depauperadas economías y comenzar a crear puestos de trabajo.
El veto del Gobierno a la comisión de investigación de las cajas es otro fallo garrafal del Ejecutivo. Todos los partidos mantienen su cuota de sinvergÁ¼enzas que ocasionalmente van siendo descubiertos, y en algunos casos, los menos, severamente juzgados. En la U.E., Bruselas, Alemania y como no, también la Sra. Merkel , está perfectamente enterados de las fechorías y latrocinios cometidas en las cajas, esperándose del Gobierno español acciones series y contundentes para terminar con esta pléyade de indeseables que tanto han desprestigiado al país. Que el FROB haya denunciado en la Audiencia Nacional a toda la cúpula del Banco de Valencia, presidida por José Luis Olivas, por su irregular y dudosa dirección, ha sido una edificante noticia cuyo ejemplo debería cundir y extenderse a otras entidades, hasta que todos los responsables sean juzgados por sus presuntos comportamientos delictivos. Los intereses de los ciudadanos deben ser protegidos por la justicia, demandando y exigiendo responsabilidades a todos aquellos que los vulneraron en su torticero beneficio.
En otro orden de cosas, una gran mayoría de la ciudadanía no se explica la frialdad con que los mercados han recibido la concesión del citado préstamo de los 100.000 millones en unas condiciones aparentemente excepcionales. Algo debe suceder para que tan voluminosa cifra no produzca la confianza esperada entre los inversores, lo que induce a sospechar que existen otras cuestiones que ignoramos. Si acciones de este tipo no inspiran la serenidad esperada en los mercados..¿que habrá que hacer para que retorne la tranquilidad?
Durante muchos años, gobernando Felipe González, bancos y cajas de ahorro, presentaban y así era publicado, unos beneficios millonarios epatantes, con unos crecimientos sobre el ejercicio anterior francamente envidiables, y ahora, de pronto y casi repentinamente, se descubre que todo es un pufo y nuestras entidades financieras necesitan urgentemente una cuantiosa ayuda para ser reflotadas. Pasamos de ser el no va más a deshecho de tienta, y a todo esto, el Banco de España, máximo órgano de control, sin enterarse de lo que estaba ocurriendo y mucho menos donde iba a parar el dinero desaparecido . La sociedad considera, y con toda la razón que dicho dinero sustraido a manos llenas no será devuelto, siendo disfrutado con largueza por todos aquellos depredadores de lo ajeno, a los que nos les preocupa en absoluto la crisis y demás zarandajas…Admitamos que otra vez más hemos sido engañados, pero que encima traten de tomarnos por idiotas resulta demasiado fuerte..¡¡Que tristeza!!