Entrevista a la escritora mexicana Cecilia Urbina sobre la violencia en México, reflejada en su novela De noche llegan
¿Por qué sitúas a un ciudadano estadounidense en medio del movimiento zapatista de Chiapas?
Me interesaba establecer una conexión con el movimiento contra la guerra de Vietnam y darle una dimensión más universal a la novela; situar la anécdota dentro de un contexto metafórico de cualquier rebelión contra la México somos tan extranjeros como los estadounidenses o de cualquier otra nacionalidad para los indígenas de Chiapas y de otras regiones de México. Nos separa un abismo de incomprensión a pesar de la buena voluntad que pueda darse de ambos lados.
¿Conoces la gran simpatía que tiene la izquierda europea menos aburguesada por el movimiento de Chiapas y otros movimientos parecidos en Hispanoamérica?
Creo que el movimiento zapatista ha tenido mucho más apoyo de grupos europeos que mexicanos. La información en ese tiempo era y lo sigue siendo en algunos aspectos, fragmentaria y manipulada. Desde luego hubo una gran simpatía hacia el subcomandante Marcos entre sectores de izquierda en México y un impulso más romántico que político en otros.
Otro de los protagonistas de la novela es un periodista yanqui que vive en México. Desde Europa se ve como algo terrible ser periodista, sobre todo en las zonas fronterizas con EEUU. ¿Hasta qué punto lo es?
Una vez más, tiene que ver con información. Es terrible el número de periodistas asesinados en los últimos años, pero los orígenes de estos crímenes no son del todo claros. ¿Se deben a grupos del narco incómodos porque los exhiben? ¿Es un ajuste de cuentas por parte de criminales? No se hace una investigación exhaustiva al respecto. Muchas veces preferimos buscar noticias en periódicos como El País o el New York Times para tratar de obtener versiones fidedignas. Si bien los periódicos mexicanos son ahora en apariencia más independientes del sistema (algunos) y algunos noticieros de radio hacen una valiente labor de denuncia y seguimiento (notablemente el de Carmen Aristegui) la televisión sigue siendo un medio cooptado por el gobierno y es totalmente falto de credibilidad.
¿Los ciudadanos mexicanos consideran que las matanzas que llevan a cabo los narcos en México tienen que ver con el inmenso mercado de la droga que hay en EEUU?
Creo que nos falta memoria histórica. La época de la Prohibición en los EEUU dio lugar a la formación y desarrollo de mafias criminales. Desde luego que la ley de oferta y demanda es un factor primordial, pero ¿por qué nunca se habla de un capo en los EEUU? ¿Será que la droga llega y milagrosamente se refina y comercializa? El gran negocio radica justamente en la comercialización y ésa se lleva a cabo en los EEUU, pero nunca hay una denuncia de mafias distribuidoras. Las matanzas en sí tienen más que ver con el combate local que con el tráfico de drogas. Se instauró en el gobierno anterior una política moralista influenciada, o impuesta, por la de EEUU (muy hipócrita por cierto) que presupone el control del Estado sobre la conducta privada del ciudadano en vez de la prevención (y eventual castigo) de conductas nocivas o amenazadoras para los demás.
EEUU ha sido aliada de los contrarrevolucionarios en toda América, apoyando dictaduras. ¿En México se siente la necesidad de ser revolucionario antes las imposiciones de dentro (partidos políticos corruptos) y de fuera (EEUU)?
México (y creo que los países latinoamericanos en general) padecen de una carencia de homogeneidad y creo que esa circunstancia ha dado lugar al apoyo de ciertos sectores hacia la ingerencia estadunidense. La protección de los privilegios de la oligarquía pasa por Washington. Una cierta clase media, media alta o alta, añora los prados verdes y los malls de San Diego. Otro sector importante es violentamente antiestadunidense. El concepto de revolucionario es más difícil de definir; como en los países africanos o asiáticos, o sea los llamados tercermundistas, tendríamos que empezar por adentro, librarnos de las lacras internas y después combatir las externas.
Hasta el momento ¿Cuáles han sido los principales hitos literarios en la carrera de Cecilia Urbina?
Es difícil para mí decirlo. Hay hitos personales, íntimos, y otros que hacen eco al exterior. ¿La nominación por la Biblioteca del Colegio de México al Impac Dublin Literary Award? (Resulta imposible competir con Premios Nobel) ¿El libro de ensayos de académicos estadunidenses sobre mis novelas que publicó la Universidad de Brigham Young? A veces, la expresión de gozo en la cara de un alumno cuando uno acierta a definir la solución de su texto… La novela que Ediciones Irreverentes publica en España es uno de ellos; a pesar de su poca extensión, es un texto que me dejó totalmente satisfecha en el sentido de decir. El contexto político en la literatura me atrae muchísimo (uno de los seminarios que más disfruto impartir es justamente sobre novela política) y en este relato logré lo que buscaba.
En Ediciones Irreverentes alterna con otros autores mexicanos como Susana Corcuera, Herminio Martínez y Juan Patricio Lombera. ¿Cree que debería haber mucha más relación cultural entre España y México?
Susana Corcuera es una de mis colegas, amigas y cómplices más queridas y me resulta muy satisfactorio estar a su lado en el catálogo de Ediciones Irreverentes. Sería ideal que la relación cultural entre los dos países se ampliara a través de colaboraciones espontáneas (autores/editoriales) y no se limitara a aquélla, a veces un tanto artificial, de instituciones oficiales.
Y para acabar ¿Cómo se analiza desde América la crisis de países como España y la total pérdida de valores de sus dirigentes? ¿Hay paralelismos con México?
Soy una asidua lectora del diario El País y a través de él pretendo mantenerme informada de la situación en España. Hablas de pérdida de valores; el perder algo implica que alguna vez estuvo ahí. En México no han existido nunca a nivel político (desde luego habrá excepciones individuales). Por lo menos en España, por lo que leo, se dan las denuncias y se pretende darles un seguimiento (esperemos que se logre). Aquí impera la técnica del olvido, perfeccionada al máximo por el sistema; el delincuente de ayer es el diputado de hoy, y el diputado de hoy es el delincuente de mañana, que a su vez será suplantado por el próximo escándalo y relegado a la impunidad de la desmemoria… Cuando uno lee las jerarquizaciones mundiales en cuanto a corrupción y se percata de que los países escandinavos están a la cabeza en el sentido de honestidad, se pregunta si existe un cierto condicionamiento histórico de la conducta. ¿Seremos los países latinos herederos de un concepto romántico/cínico del Ulises, el marinero mediterráneo astuto y pragmático, capaz de ganar batallas por medio del engaño? Y por lo tanto pensaremos que la honestidad no es en el fondo mas que una falta de imaginación…
Creo que nuestro análisis de las crisis que mencionas es por un lado reconfortante (no somos los únicos), por lamentable que parezca, y por otro de asombro ante el hecho de que países que se forjaron tantos siglos antes no hayan logrado superar un comportamiento nocivo para su población.
por Miguel Ángel de Rus, Ediciones Irreverentes