Días atrás, hará un par de semanas, o tres, tal y como habíamos quedado, fui alertado por Manuel López Jerez, quien tuvo la amabilidad de darme a conocer la noticia de la autoedición de su segundo libro (Escenas humanas en la empresa), gesto que le agradecí y por el que me sumergí en esta nueva lectura.
Hay algo en el “explicaor almeriense” que suscita toda mi simpatía. Con toda probabilidad sea la intencionalidad con la que me parece que salpica sus manifestaciones y que bien pudiera resumirse en una pregunta que él mismo formula: ¿Quién sirve al servidor?
En esta entrega nos ofrece 39 reflexiones cuajadas de denuncia, como si nos invitara a un ‘recital protesta’ instándonos a acometer -“ahora” y sin pérdida de tiempo- la necesaria ‘transición’ transformadora de la empresa española.
Con un estilo propio, cargado de sencillez y de naturalidad, hace desfilar figurines como “los acomodados, los expertos en humo, los triunfadores de salón, los expertos en algo, los rostros pálidos, los lobos esteparios…, los listos” y figurantes como el ‘liao’, el invisible estratega, el profesional ‘corcho’, el directivo analítico o el bueno, el feo y el malo…
La crítica empresarial del “explicaor almeriense” me parece que pretende ejercer de revulsivo; la prueba es que la trasciende ofreciendo modelos, pautas y propuestas, con la misma naturalidad de quien cargado de sentido común señala con el dedo el camino del entendimiento, de la comunicación, del acercamiento y del servicio.
Modelos cercanos, desprovistos de anglicismos y aspavientos, que tienen en común un sencillo principio “Divide y perderás; une y vencerás”.
Manuel es un observador del entorno, de las empresas, un gran ‘escucha’ que analiza y asimila, teniendo el acierto de fijarse en “los clientes internos” y en los numerosos héroes cotidianos. Mención especial le merecen José Salmerón, patrón del Mar de Alborán, y Gerundio Fernández, en mi jerga, un auténtico M3, cuyo nombre de pila ha sido tomado por la gente para identificar los productos de su arte; las Gerundinas.
Felicito al autor por la publicación de su segundo libro y, principalmente, por sus contribuciones que me parecen meritorias en dos ámbitos: identificación de ‘disfunciones’ empresariales e indicaciones iniciales para ponerse en camino de subsanarlas.
por Javier Villalba, experto en Comunicación Interna