Con los airados comentarios de Juanita Castro, negando cualquier vínculo con la familia cercana a su dictador de hermano, ni viaje previsto próximamente a La Habana con el fin de enterrarle, empieza a cerrarse peligrosamente el horizonte de todos aquellos que esperaban que la “solución biológica” comenzara a hacer su sano trabajo de catalizador para el problema cubano.
El primero a negar el fallecimiento fue uno de los propios hijos del señor Fidel Castro “El Comandante está bien, haciendo sus cosas diarias, leyendo, practicando sus ejercicios”, dijo Alex Castro, de acuerdo con el bloguero Yohandry Fontana; y aunque tampoco se ha producido un desmentido oficial, las setenta y dos horas previstas por el periodista venezolano Nelson Bocaranda para que se hiciera el anuncio oficial acaban de expirar, sin que el fallecimiento del líder cubano acabe de difundirse en los medios de prensa nacionales o internacionales.
Igual escepticismo parece desprenderse del gobierno norteamericano ya que funcionarios del Departamento de Estado estadounidense no dieron información alguna sobre el tema, al contrario “Hemos visto reportes de los rumores, pero no tenemos nada que decir sobre los mismos”, escribió el vocero William A. Ostick en un comunicado.
Recordemos que chismes sobre el supuesto fallecimiento del gobernante retirado habían estado circulando en Internet desde el domingo, cuando Castro no felicitó al presidente de Venezuela Hugo Chávez por ganar la relección en su país y que se amplificaron, cuando hace tres días un periodista venezolano anunciaba el inminente viaje a la isla de una de las hermanas del líder cubano, al que según las mismas fuentes, los médicos han declarado ya en estado de muerte cerebral.
Que el señor Fidel Castro viva o muera no va a cambiar el destino de Cuba. Lo dijo muchas veces el propio interesado, cuando aseguraba que la continuidad de la revolución estaría garantizado cuando dejara el poder por las razones que fueran; si recordamos que lo hizo extraoficialmente por enfermedad en 2006 y que actualmente estamos a punto de terminar el año 2012 sin que haya habido verdaderos cambios en la isla, podemos concluir, sin pecar de exagerados, que no le faltaba razón.