De la mucha correspondencia con “anónimos” que pululan en la red y que entran en los foros, como “bueyes en cacharrería”… queriéndolo aplastar todo o queriendo imposibles. Me inspira el presente artículo uno de mis lectores que me suelta cuanto sigue y se queja de la impotencia y lo irrealizable de una democracia: dice así.
“La democracia es el mejor sistema político cuando la gente es culta e inteligente, pero en todos los Estados no se puede implantar la democracia, por que sencillamente no se la merecen. Si lleváramos la democracia a un Estado centroafricano islamista, posiblemente votarían por la ablación de las niñas y la lapidación de herejes. De un régimen pseudo democrático surgió la abominación nazi”.
Mi respuesta fue la que sigue: “Bien… pero una democracia dura (por sus leyes claras y justas) siempre será mejor que una dictadura o una tiranía… y no hay más sistemas. Lo que ocurre es que la población (la masa) no entiende que la democracia, como la libertad hay que batallarla (defenderla) a diario y no simplemente votando cuando nos llaman, para una vez realizado el acto, los que dicen gobernar hacen lo que les da la gana y obran impunemente. Eso le han dado ya muchos nombres, pero el más fuerte de todos, es que eso no es democracia y por tanto hay que trabajar para que sea instaurada; puesto que ya digo arriba… los otros sistemas, son dictadura o tiranía”.
Analizando crudamente los hechos, yo estimo que democracia no ha existido nunca; puesto que ella consagra al individuo en igualdad y sin privilegios para ninguno de los que cubre este sistema y es claro que ello no ha existido nunca… y a los hechos históricos me remito. Por tanto es un sistema aún en embrión y pese a cuanto nos quieran decir los que de hecho “lo aprovechan muy bien para sí mismos”.
Sobre la esclavitud… ¿alguien se detiene a pensar cuántos siglos fueron necesarios para abolirla? En España hubo esclavos hasta 1875; creo recordar que fue ésta la fecha de su abolición oficial; “o sea, ayer mismo en la historia del hombre”.
Pero eso es “lo oficial”; aún hay infinitos esclavos en el mundo, unos de grado y otros a la fuerza, puesto que esclavo es “el que se vende de formas múltiples” y con ello renuncia a su libertad; y este es el peor de los esclavos, el más indigno.
¿Pero qué es o qué entendemos por libertad?… Yo la definí en uno de mis poemas como el estar en “una gran cárcel”, puesto que la libertad es algo así como “estar atado por una grande y fuerte cadena”… por ello (yo pienso) que la libertad a muchos lo que les da es miedo y prefieren seguir atados a “alguna cadena”, para así poder seguir llorando, quejándose y en definitiva echándole la culpa a otros para así nunca tener que reconocer la propia inutilidad.
La libertad conlleva el tenerse que contener el propio individuo, que tiene libertad para “todo”, pero “no puede ejercerla sobre todo y todos sus apetitos”, que es lo que hacen quienes gobiernan en mayoría y que en vez de esgrimir el ejemplo que empuje a emularlos, imponen la fuerza y se benefician de ella… ni eso es libertad y mucho menos la tan cacareada democracia, que reitero… no existe ni existió nunca.
Por tanto si esclavos hubo durante ni se sabe cuantos milenios; con unas libertades ciudadanas y que se inician a mi entender, en los tiempos modernos, en la Inglaterra de Cromwell, después en USA, posteriormente en Francia y el resto… han pasado “un tercio de milenio o cosa así”… y en el hombre y en general (gobernantes y gobernados: no olvidemos “este detalle”) siguen predominando los siguientes apetitos.
Panza, bolsillo, aparato sexual y las ansias de poder y dinero… mientras estos apetitos no sean dominados, nunca habrá democracia en el mundo. El que sueñe con otra cosa, “va aviado”. Pero lo que no insta para seguir trabajando y escalando niveles hasta llegar a esa democracia verdadera, si es que ello es posible.
Antonio García Fuentes
(escritor y filósofo)
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