Agua es salud. Agua es vida. Agua es belleza. Agua es… una moda. Cada día nos llegan cientos de mensajes sobre la importancia de beber agua para sentirnos más sanos. Sin embargo, beber agua en exceso también tiene sus riesgos. ¿Es necesario que bebamos tanta agua?
Los médicos recomiendan que entre un litro y medio y dos litros de agua al día para que nuestro cuerpo se mantenga hidratado. Pero esa agua no sólo la tenemos que beber en botellas o en vaso… también está en las comidas, las verduras y las frutas, sobre todo, que ingerimos a lo largo del día. Es cierto que agua es vida. Nosotros estamos formados por un 60% de agua, que aumenta al 80% en el caso de los recién nacidos. El agua es fundamental para nuestra vida, hasta el punto de que tan sólo podemos sobrevivir unos días sin ingerir líquidos. El agua nos ayuda a eliminar toxinas de nuestro cuerpo, contribuye a regular nuestra temperatura corporal, es el medio para transportar los nutrientes, regula los niveles de acidez del organismo, ayudar en la reparación y el crecimiento celular, es fundamental para que nuestra piel mantenga su elasticidad y suavidad… Son muchas las propiedades beneficiosas del agua, pero hay expertos, como la doctora Margaret MacCartney, que explican que no hay razón para esta psicosis por el agua. En la revista Bristish Medical Journal, afirmaba que “la recomendación de beber seis u ocho vasos de agua al día es un completo disparate”.
MacCartney, entre otros, asegura que en los últimos años se han creado muchos intereses alrededor del agua. Las empresas, como Danone, Nestlé o Coca Cola, se han lanzado al mercado del agua embotellada y que deja miles de millones de beneficios cada año.
El agua es fuente de salud. Pero, como decía, Aristóteles la “virtud está en el justo medio”. El exceso de consumo de agua puede llevar problemas. Si bebemos demasiada agua se puede dar un desequilibrio electrolítico en nuestro cuerpo, nos intoxicamos de agua. El cuerpo pierde sodio, potasio y magnesio… La ingesta de demasiada agua puede llevar a tener náuseas, dolores de cabeza, diuresis… pero también convulsiones, parálisis, desmayos… E, incluso, morir.
Por este “nuevo” hábito de ir enganchados a una botella de agua a todas horas, ha aparecido una nueva enfermedad la “potomanía”. Los médicos explican que se trata de un problema que te lleva a desear beber constantemente agua. Los afectados sienten un gran placer en la acción de beber agua y pueden llegar a beber entre ocho y quince litros de agua al día. La potomanía se sitúa entre los trastornos alimentarios. Las personas con este síndrome necesitan beber agua para estar mejor. Son personas que se encuentran obsesionadas con su cuerpo y con la salud al igual que los enfermos de anorexia o vigorexia.
Frente a lo grave de ingerir litros y litros de agua todos los días, están aquellos que no tienen acceso a agua potable. Cerca de 1.000 millones de personas en el planeta aún no pueden beben agua en buen estado. Y tan malo es el exceso como el defecto. Cada día mueren niños y adultos por enfermedades que tienen que ver con el agua o su escasez. El cólera, la malaria, las diarreas, la deshidratación… son enfermedades que ponen en riesgo la vida de millones de personas cada día.
El agua es un elemento vital, después del oxígeno el más importante. Pero nuestro cuerpo es sabio. Así, cuando bebemos un poco demás, sudamos o vamos más al baño y cuando estamos deshidratándonos hace que sintamos sed.
Ana Muñoz Álvarez
Periodista