EL CRISOLÂ Â Â -Â Â Â Pascual Mogica Costa
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    No es mi deseo entrar en una polémica estéril o en juzgar la actitud más o menos humanitaria de ciertos polÃticos de la derecha que se autoproclaman como protectores de los más desfavorecidos de los que la sociedad rechaza sin que exista un motivo que lo justifique, me refiero a los pobres de solemnidad, a los sin techo, a todos aquellos que por una u otra circunstancia que solo ellos conocen y que nadie, me refiero a los polÃticos, se ha molestado en preguntarles, les ha llevado a la indigencia y a la más cruel realidad que existe en este mundo: El abandono de la sociedad y como consecuencia de ello a la pobreza.
     Les contaba hace un tiempo que la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, del PP, estaba preparando unas normas, no sé si con el fin de “acabar†con los pobres o propiciar el que estos sufrieran aún más por su condición de tales. En las mismas se establecÃa que a todo aquel que se dedicara a la mendicidad la policÃa local le confiscarÃa todo el dinero que llevara encima, norma que los policÃas se negaban a cumplir cuando se diera el caso ya que ello suponÃa una especie de robo. TenÃan razón los miembros de la policÃa local ya que ni ellos ni nadie estaban legitimados para quitarles un dinero a personas que lo habÃan obtenido gracias a la caridad de los demás y sin ningún tipo de amenaza o coacción sino como una donación voluntaria. Parece ser que la alcaldesa alicantina ha desistido y esta norma no sigue adelante en su tramitación. Â
    Ahora nos sale otro alcalde del PP, Alberto RuÃz Gallardón, que ha pedido que se establezca una normativa estatal que permita a los ayuntamientos españoles obligar a los “sin techo†a salir de la calle, siempre y cuando haya recursos asistenciales suficientes y gratuitos para atenderles. Lo que Gallardón pide es otra ley similar a la Ley de Dependencia que resulta muy “llamativa†pero que en las comunidades gobernadas por el PP se aplica en su mÃnima expresión, pero que les sirve para justificarse ante Dios y ante los hombres aunque a ninguna de las dos partes consiguen engañar. El propio Gallardón reconoce que no hay medios suficientes para atender a los “sin techo†y hay que dejar bien claro que  los que hay no reúnen las mÃnimas condiciones de control y seguridad para los allà atendidos y esto se lo hemos oÃdo decir a muchos de los que han pasado por los albergues y han tenido experiencias que les hacen rechazarlos. Son otras les medidas de reinserción social las que se precisan, pero claro estas son más costosas económicamente que el darle un desayuno, una comida y una cena, a más de una cama donde pasar por la noche, todo ello con fecha de caducidad, o sea, por unos escasos dÃas. ¿Y después qué?
      No se puede hacer demagogia con las desgracias ajenas. Cuando uno oye cosas como las de Sonia Castedo o de Alberto RuÃz Gallardón, no puede evitar el preguntarse: ¿De verdad estos quieren ayudar a los pobres o lo que pretenden es esconder la pobreza? Los hay que sienten herido su corazón ante las desgracias de los demás pero también los hay que cuando ven a gente inmersa en la indigencia lo que les duele es la vista.