30/07/2012- En anteriores artÃculos, he denunciado como se manifiesta la dictadura del capital mundial en los distintos paÃses,  ante la zozobra  y cuestionamiento sistémico advertido, por parte de los trabajadores y el pueblo en general. También, como utilizan distintos regÃmenes polÃticos para salvaguardarse y reproducirse: sean democráticos burgueses (nutridos bajo la ideologÃa  del “consenso socialâ€: ciudadanos electos  por  votación popular y “a plazo fijoâ€, como  presidente o  congresista), o fascistas, cuando el “consentimiento social†ha perdido toda base de sustentabilidad a sus intereses.
La crisis va descarnando ante el pueblo trabajador, el verdadero rostro de toda esta mentira. Se hace evidente que el  “consenso social†es toda una patraña ante nuestros ojos; cuando los electos representantes, sucumben  arrodillados ante  “lobbystas† capitalistas  –  quienes estos últimos, el pueblo no los ha elegido-, y en vez de cumplir sus promesas electorales, pareciera atacarles un tipo de amnesia colectiva que les hiciera borrar de sus mentes, el verdadero móvil, del porqué  el pueblo los ha puesto ahÃ.
Estoy seguro, que los pueblos no elijen suicidarse; el gran capital, tampoco. De allà la conflictividad: ¿Quién paga “los platos rotos�
Perdóneme, lecto/ra , por la insistencia en preguntarle. Es que me interesa su opinión: ¿Votó Ud.  su propio desempleo y el de su vecino/a, sin ayuda social; sin porvenir  para sus hijos/as y por un ajuste monumental para salvar a los bancos?. ¿Acaso, eligió representantes para que desde el FMI, La Comunidad Europea o Bruselas les exijan lo que ud. debe hacer? ¿Votó que lo reprimieran, si en su actual desesperación, lo lleva al reclamo de un techo donde alojarse, y/o  por el trabajo perdido, y/o la insuficiente comida del dÃa, y/o por salud deficitaria, y/o la educación decadente de sus hijos/as.…?. Si no ha hizo usted, ¿entonces quién  impartió las directivas  hacia “sus representantes†electos y en función?…
En argentina, existe una ley de criminalización de la protesta y otra llamada “ley antiterroristaâ€. Ambas, van en dirección de contener las demandas sociales, bajo las cuales, varios centenares de trabajadores, dirigentes sociales y polÃticos están siendo procesados en la actualidad. En España parece ir en la misma dirección, según informa un matutino argentino, publicando  que  “en una decisión excitada por la agudización de la crisis y las protestas contra su plan de ajuste y la reforma laboral, el gobierno español decidió endurecer su control interno anunciando la creación del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), un organismo de vigilancia similar al que la Casa Blanca instauró en la gestión de George W. Bush, tras la caÃda de las Torres Gemelasâ€[i].
Según el mismo matutino, se estarÃa gestando una reforma al Código Penal, restringiendo convocatorias a movilizaciones por vÃa internet y condenando con penas de prisión a las “resistencias pasivas “ en las calles.
En el BoletÃn Oficial español, se informa que el funcionamiento del DSN incluye “analizar los escenarios que suponen o derivan en un peligro para la seguridad nacional†y “diseñar las acciones gubernamentales que, llegado el caso, permitirán reconducir las situaciones de emergenciaâ€.
Jorge Fernández DÃaz, ministro del interior de España, tras la huelga general en Barcelona, afirmó que la reforma del Código Penal considerará delito de pertenencia a organización criminal†las convocatorias a través de internet o de cualquier red social de “protestas violentasâ€Â o que “alteren gravemente el orden públicoâ€. Se atrevió a ir más allá, bajo un ataque de honestidad intelectual, el consejero de Interior de Catalunya, Felipe Puig, al decir que  “buscamos (que se reformen las leyes) para que la gente le tenga más miedo al sistema  Confesión de parte, relevo de pruebas, ¿no?
Finaliza la información diciéndonos que, “aunque los juristas españoles señalan que todos los gobiernos ceden ante la tentación de legislar en función de los obstáculos que se les presentan, lo llamativo es que el Ejecutivo de Rajoy pone a las protestas como una de sus problemáticas más destacadasâ€.
PaÃses tan distintos en su desarrollo económico, como polÃtico – llámese “monarquÃa parlamentaristaâ€, “populismoâ€, o “democracia†(España, Argentina, EEUU, respectivamente)-, aplican la misma receta para defender los intereses del gran capital: leyes “correctivas†contra los trabajadores y el pueblo, cuyo objetivo  es  “tenerle más miedo al sistema  capitalista.
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