Más que una afirmación es una interrogante. Ante la mala noticia del rescate financiero a España para sanear los agujeros (pérdidas) de sus Cajas de Ahorros y Bancos cabe la pregunta. Porque soluciones habrá que encontrar, ya que los expertos en economía vaticinan que los países rescatados tardarán entre diez y veinte años en recuperarse. Es decir, dos o tres generaciones de españoles que, o tendrán que emigrar, o vivir en casa de los padres. Emanciparse con el panorama actual va a ser imposible, como está ocurriendo ahora. Y no solo eso; los recortes en educación, sanidad y pensiones se agudizarán. No hace falta más que mirar a los países rescatados que aumentaron sus índices de pobreza.
Entonces, la pregunta de si España debe volver a la peseta es más que razonable. Algo hay que hacer ante este oscuro futuro que ya está padeciendo este país.
Pero esta misma pregunta es una afirmación fuera de nuestras fronteras. Gillian Tett, directora del influyente «The Financial Times, una de las publicaciones sobre economía más importantes del mundo, sugiere que España vuelva a la peseta. Por eso cada vez se oyen más voces que plantean un regreso a la anterior moneda, como medida de salvación; la única para no correr la misma suerte que Grecia.
El gobierno no se puede quedar de brazos cruzados, algo se debe de hacer. Porque un rescate no significa que te den dinero a fondo perdido. Un rescate significa un préstamo, con altos intereses que tienen que pagar todos los españoles al Banco Central Europeo y al FMI. Y no solo eso; estos organismos que nos prestan dinero estarán vigilando que los recortes sean cada vez más grandes y rápidos. El ejemplo más claro es Grecia que está hundida en un abismo económico que no tiene solución.
Volver a la peseta no significaría un problema, sino, quizá, una solución. Actualmente, con el euro, la economía española no puede devaluar su moneda para enfrentar una crisis económica. Porque no es una moneda nacional, sino una supranacional, que no depende de España sino de Europa. Devaluar la moneda significa darle un respiro a la economía y ayudar a incentivar el consumo.
Como están las cosas España no decide su futuro, se lo deciden otros, desde Bruselas y desde Washington.
*Fotografía El Mundo.
