En España nos hallamos contra las cuerdas por la tristemente famosa “Troika”
- Troika a la que sus señorías del PP adoran y que lejos de defender al país que le ha elegido y le mantiene, se alía precisamente con los que deciden arruinarlo a diario vergonzosamente con medidas tan draconianas como inútiles; tan estúpidas como prepotentes; tan desproporcionadas como absurdas.
Medidas que en lugar de encaminarse al bien general se esfuerzan en sacrificarlo al bien particular de unas élites de gentes de la peor calaña que hemos conocido en mucho tiempo.
Tabla de contenido ocultarUna élite de corruptos como nunca habíamos visto tan bien organizados.
Pero si alguno de estos individuos es autor de escándalos imposibles de ocultar por su gravedad evidente, encuentran amparo en aquellos mismos que debieran ejercer la justicia: los jueces y este su Gobierno.
Nos hallamos entonces, por decirlo con suavidad, ante un gobierno de incapaces
Incapaces de crear justicia y bienestar y que sido sobrepasado por dos circunstancias al menos: una deuda impagable y una prima de riesgo que pende como espada de Damocles, de la que son culpables los banqueros y empresarios endeudados que convirtieron su deuda privada en deuda nacional, con ayuda del aparato del Estado.
Por desgracia cuentan con la complicidad de somnolientos millones de ciudadanos que eligieron a estos políticos.
Ahora, por suerte, muchos de ellos ya han despertado y en la calle no aceptan ser el chivo expiatorio de especuladores sin conciencia que nos han arruinado con la bendición del Gobierno, que actúa con lealtad de mayordomo sumiso.
Por eso es tan increíble este cinismo de antología afirmando que hemos salido de SU crisis, cuando no vemos más que aumento del paro, de la pobreza, de los desahucios, de la represión policial y laboral, de la política del miedo y de la proliferación de comedores sociales que funcionan únicamente con ayuda ciudadana: El pueblo ayuda al pueblo, como siempre y únicamente.
¿Cuál es la solución a medio y largo plazo?
- El gobierno no la tiene, pero tampoco esta falsa oposición de opositores con siglas gastadas y descafeinadas.
Como siempre, de nuevo la tiene el pueblo.
Y no solo el pueblo español, sino el portugués, el francés, el italiano, el griego, porque todos los pueblos, especialmente los del sur de Europa, estamos sufriendo el mismo acoso hasta la asfixia, y las reacciones pueden ser imprevisibles.
Muchas son las soluciones emanadas de los movimientos populares, pero el gobierno – y lo mismo la oposición clásica de pacotilla- las desprecian y no las convierten en programa alternativo, porque tanto a unos como a otros, en el fondo, les dan miedo los movimientos populares por si los tiran de sus sillones o les piden cuentas.
Siempre pasa lo mismo: todo para el pueblo (dicen para engañarlo) pero el pueblo cuanto más lejos mejor.
Sigue el absolutismo, el eterno retorno del día de la marmota. Hasta que… cambiemos de punto de vista sobre el mundo en número suficiente y asumamos que los cambios han de comenzar en la consciencia de cada cual antes que en las urnas. De lo contrario, pasa lo que pasa.
La Historia es abrumadoramente repetitiva. Aunque cambien decorados y actores, el guión es siempre el mismo: Separa. Divide. Ata. Este es el guión neoliberal por excelencia, y el eje de sus políticas, tanto dentro de cada país como a nivel internacional.
No es que uno crea que las soluciones sean fáciles a corto, porque lo que sucede es de tal envergadura que sobrepasa las opciones entre monarquía o república, entre derecha o izquierda, todo ese equipaje histórico de partidos y sindicatos cada vez más evidentemente obsoleto.
Lo que sucede es que nos encontramos, como pueblos, desnudos de programas unificadores, llenos de prejuicios nacionalistas o políticos, ante un frente inmoral organizado para apoderarse de los bienes del mundo, arrasar los derechos humanos y divinos y someter las conciencias.
No otra cosa es el famoso Tratado de Libre Comercio que se sigue negociando en secreto.
A semejante frente solo se le puede oponer una masa crítica de seres humanos libres del hipnotismo del Sistema y dotados de una conciencia ética y espiritual capaz detener esta barbarie neo-feudal y sentar las bases de una nueva sociedad cooperativa y no competitiva, participativa en lo político, amante de la justicia y donde cada persona sea partidaria de algo tan sencillo como hacer a otros el bien que se quiere para sí, y no hacer a otro el mal que no se desea a sí misma.
Algo tan sencillo, sin embargo, exige una buena preparación.
Si las presentes movilizaciones son un punto de partida para ello, benditas sean, pero si pasa como siempre porque no se aprende de la Historia ni de los propios fracasos personales, no llegaremos ya a estar como siempre tras una crisis, sino mucho peor, y con el agravante de que el tiempo juega en contra nuestra.