- ¿Cómo hemos podido caer tan bajo? Vivimos desconcertados y en permanente sobresalto.
- Nadie sabe cómo acabará este repugnante tinglado, comenzando por los que lo han organizado.
- En lo único que coincidimos todos los que nos seguimos considerado españoles es que el futuro pinta en negro.
Nadie está de acuerdo con nadie
Tenemos un presidente en funciones ¿de que?, resistiéndose a dejar La Moncloa y un candidato obsesionado con ser investido aunque tenga que pactar con el mismísimo diablo y por el que pocos apuestan.
El resentido y manipulador Iglesias, según algunos, quiere tocar alfombra de nudo cuanto antes, ser nombrado vicepresidente y una pila de ministerios para los suyos y darle la patada al presidente aspirante en cuanto se descuide.
En cuanto al candidato de Ciudadanos, Alberto Rivera «primus inter pares» de la concordia, continua cargado de buenas intenciones, pero con escasos resultados y por último, Alberto Garzón, con sus dos diputados, tratando de colarse donde le dejen.
Ante tal dislate, por fin tenemos algo claro, consistente en que el pacto Rajoy-Sánchez es inviable de todo punto, lo cual no es ninguna novedad.
No obstante, los populares no pierden la esperanza de que Sánchez se estrelle, por muchas vueltas que de a las combinaciones, permutaciones y variaciones de partidos y diputados.
Como remate, la corrupción, utilizada como arma arrojadiza, se encarga de enrarecer la posibilidad de lograr coaliciones. Primero con el PP Valenciano, después los púnicos y a continuación, para festejar San Valentín, dimite Esperanza Aguirre de su cargo de presidenta, por aquello de la presunta financiación irregular del partido Popular madrileño, pero eso sí, dejando muy claro que ella nada tiene que ver con la porquería de las cuentas que son una horterada para administrativos.
El Congreso, desde hace mas de 50 días, es lo más parecido a un cementerio
Mientras los escaños esperan tristes ser ocupados, lo mismo que el banco azul, que quizá, con un poco de suerte cambie de color… La tribuna también aguarda paciente al igual que los escaños, pero todos fueron despreciados por Rajoy, con la disculpa de ser de letras y no salirle las cuentas, que los cretinos han bautizado como «aritmética política», algo parecido a la puñetera «hoja de ruta» que vino a sustituir a nuestro castizo «calendario de trabajo». Problema que habría sido resuelto si don Mariano hubiese dispuesto del valor suficiente para subir a la tribuna, pero se riló.
Vamos de mal en peor
Al igual que en su momento Mariano ‘el Deseado’, desahució de La Moncloa al pánfilo Zapatero, nefasto personaje al que Rajoy debe su mayoría absoluta, ahora ocurre algo similar, pero con la duda de quién será el que le asestará la patada al presidente en funciones, a quien cabe el honor de aburrir a las ovejas y dormir a las centollas entre otras cualidades.
En España, todavía no hemos asumido lo que implican los conceptos de globalización e interdependencia en todos los ámbitos: economía, seguridad, cultura, influencia, etc. No es de recibo que con motivo de una cumbre europea nuestro presidente manifieste que «España es un lío enorme«, lo que nos faltaba para el duro…
Nuestro país lo que necesita urgentemente es un auténtico líder a la altura de los acotamientos que sepa desenvolverse y defendernos ante los desafíos internacionales, características que por desgracia no adornan a ninguno de los aspirantes actuales a presidir el Gobierno, y esa es nuestra principal desgracia, inconveniente, limitación o como queramos llamarle…