Cuando nuestros hijos nos piden algo, hacemos todo lo posible por conseguirlo y se lo concedemos casi siempre sin remisión. Es difícil muchas veces llegar a ese punto de entendimiento en donde sepamos valorar en su justa medida la conveniencia de esas gracias que les otorgamos y que se ven incrementadas en su valor a medida que crecen. Pensamos para nuestros adentros que bastante les va a tocar en la vida como para empezar a negarles caprichos desde el principio, que los tiempos en los que vivimos son duros y más aún serán sin duda los venideros.
Entonces, ellos aprovechan la circunstancia y acrecientan sus demandas día a día hasta llegado el momento en el que esas concesiones acaban por convertirse en derechos adquiridos de los cuales ya no pueden prescindir. No conocen, si quiera sospechan, el valor del esfuerzo que supone el simple movimiento de sacar un billete de la cartera para costear cualquier dispendio que ellos interpretan como un hecho natural que roza la banalidad.
Su paga semanal se ha convertido para ellos en una meta, una especie de subsidio gracioso al que tienen derecho “per se”, que ha de ser incrementado periódicamente y del cual no pueden prescindir. A pocos se les ocurre que acomodarse a tal circunstancia podría ser peligroso o más bien arriesgado. Escuchan nuestros comentarios encendidos a cerca de cómo está el panorama y se acomodan en ese estatus en el que piensan que no están tan mal y que, al fin y al cabo, no merece la pena hacer nada por tratar de escapar de la situación incómoda que nos envuelve, dado que las escasas alternativas de las que escuchan hablar a su alrededor les hace pensar que cualquier esfuerzo es en vano.
Es conveniente advertirles del peligro que nos acecha, claro, pero también muy necesario despertar su curiosidad, instalándoles un espíritu innovador y emprendedor para que sean ellos mismos quienes investiguen esos nuevos caminos de éxito que sin duda aguardan ante nosotros. Una encuesta que se realizó el Ayuntamiento de Zaragoza a través de Zaragoza Activa en la facultad de Económicas y Empresariales de Zaragoza, arrojaba el alarmante resultado de que una cifra cercana al 80% de sus estudiantes pretendían buscar trabajo en banca o enla Administración. Tremendo.Y digo tremendo porque precisamente el germen del nuevo empresariado del país ha de surgir de estos círculos que para eso, quizá no lo acaben de entender, se están preparando.
Sin embargo y aunque sólo sea pensando en ellos (y no sólo en este colectivo sino en todas las nuevas hornadas que van surgiendo), tratemos de cambiar algunas cosas para ver si esa rancia supraesfera que nos gobierna se va enterando. No podemos instalar en ellos ya desde muy jóvenes esa especie de desesperanza en la que muchos de nosotros estamos ya hundidos. Despertemos en sus corazones algún síntoma de energía positiva, ganas de hacer algo distinto acorde a sus posibilidades e inclinaciones que les permita avanzar personal y económicamente. Con la que está cayendo, y la que puede caer, no esperemos que encontrar trabajo en una empresa o en la banca o en la misma Administración, como sucedía hasta fechas no muy lejanas, va a seguir siendo la tónica dominante. Muy al contrario. Es tiempo de evolución, de cambios muy importantes en donde el emprendimiento, los free-lance y las subcontratas profesionales va a ser el mecanismo económico que rija nuestras vidas. De ellos precisamente será el éxito. Pocos serán de aquí en adelante, por mucho que nos pese, los que puedan trabajar como asalariados o como dependientes de un organismo superior que nos abone cómodamente en nuestra cuenta bancaria los emolumentos desprendidos de una actividad laboral, una minusvalía o unos meros derechos adquiridos por haber “cotizado” durante un número determinado de años (que por supuesto no es igual para todos, claro).
Y es que “establecerse” como se decía antes o emprender como decimos ahora, va a ser lo único que va a marcar la diferencia y el cambio entre los nuevos tiempos que se avecinan y los conocidos hasta ahora.
A no ser que la nueva era que se inicia tras la extraña conjunción cósmica y planetaria anunciada por los Toltecas del próximo día 22 nos libre mágicamente de todos los males que asolan el mundo.