En España, han ganado las elecciones los populares, con Rajoy al frente, después de casi ocho años de una oposición descalificadora en todos los frentes de las instituciones, de los medios de comunicación y en el Parlamento. Los electores han confiado en el supuesto programa del candidato, porque con claridad y con cifras nunca lo ha mostrado. Como las encuestas le daban ganador, se limitó a dejarse llevar y que “ya hablaría”, pero sigue sin hacerlo mientras sus equipos actúan bajo el consejo de Maquiavelo: “Al conquistar una plaza hay que aplicar los castigos y ejecuciones, de inmediato; las dádivas, más dilatadas en el tiempo”
En una semana han echado por tierra promesas fundamentales como la no subida de impuestos, de las que abominaban. Lo peor es que anuncian recortes, tijeretazos en los sectores más débiles aunque esperan a las elecciones en Andalucía para meter a fondo la guadaña. Pero no es fácil de creer, porque también habían anunciado que los “mercados” se iban a volcar en la ayuda a España tan pronto como ellos ocuparan el Gobierno.
No ha sucedido así, y la realidad es que han comenzado a ayudar a autonomías como Valencia que gobiernan desde hace décadas ayudándoles en una deuda vencida de 123 millones de Euros con el Deutsche Bank. Esa comunidad se declara incapaz de atender a sus obligaciones.
En Castilla La Mancha, que los socialistas gobernaban desde hace décadas, han metido la tijera a los pilares del Estado de Bienestar social que tantos esfuerzo han costado a todos los españoles. Después de las pasadas elecciones los populares ya gobiernan en 12 de las 17 autonomías.
Pero la composición del nuevo gobierno no deja lugar a las dudas, como no las dejaron en Irlanda, Portugal, Grecia e Italia, por ahora. Más que “gobiernos” han montado “delegaciones” de los poderes económicos financieros que están en el origen y son la causa principal de esta crisis generalizada que, sólo en una España de 44 millones de habitantes tiene a cerca de 5 millones en el paro. De ellos, más de un millón de familias tienen a todos sus miembros en el paro.
Mientras tanto, las grandes fortunas españolas han ganado un 6% más en 2011 al acaparar 2.150 millones de euros más, con lo que poseen 37.700 millones, una cifra cercana al recorte del déficit que prevé el Gobierno para 2012, a través de subida de impuestos a los ciudadanos y reducción del gasto público. Es previsible que, además, del aumento del IRPF el Gobierno anuncie un aumento del IVA.
Hoy es noticia que el antiguo Director de Boeing en España, Pedro Arguelles pasa a ser el segundo del Ministro de Defensa. Mientras que Luis de Guindos, antiguo director de Lehman Brothers en España, ocupa la cartera de Economía. Acaban de nombrar subsecretario de Interior al ex director general de la ultraderechista “Asociación de Víctimas del Terrorismo”, Fernando Benzo. Adiós a “Educación para la ciudadanía”. No van a ser fáciles las negociaciones con ETA y se demorará la política de acercamiento de presos sin delitos de sangre.
Así no se construye la paz como fruto de la justicia, sino que se impone la opresión del poder imperial de la “España eterna”, nacional, católica y oligárquica,
Si algo nos debe unir es mantener los cuatro pilares del Estado de Bienestar social: la educación universal pública y gratuita, las prestaciones sanitarias para todos los residentes en España, pensiones de vejez dignas y la aplicación de la Ley de Dependencia.
De lo que está ocurriendo con los recortes en la educación pública desde la infancia hasta la universidad, es una locura de insensatez al igual que sucede con las personas dependientes y quiero resaltar el tema de la salud publica y gratuita que aborda Adela Cortina en “¿Sanidad sostenible?”, con su profundo conocimiento del tema.
“Si las metas de la sanidad son prevenir la enfermedad, curar lo que puede curarse con los medios disponibles, cuidar lo que no puede curarse y ayudar a morir en paz, la rentabilidad del mundo sanitario ha de medirse en términos de ese beneficio”. Y denuncia las malas noticias, que van desde el cierre de plantas, quirófanos, camas, incluso hospitales, a la reducción del número de profesionales, el recorte en los sueldos, el retraso en pagar a los proveedores.
Y si un pueblo no confía en la educación de sus jóvenes, no garantiza la salud para todos y las pensiones dignas para los mayores, en vano esperaremos la aplicación del 4º pilar del Estado de Bienestar del que dependen más de un millón de personas.
por José Carlos García Fajardo
Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Director del CCS