Deberíamos preguntarnos, antes de salir a calles y plazas gritando «Democracia Real», si el equilibrio democrático en nuestro país depende de la influencia que ejercen los poderosos.
Después de 37 años de las primeras elecciones democráticas en nuestro país y de constatar la realidad de que todos los Partidos Políticos se llenan la boca con la palabra “democracia” en mi opinión dejamos mucho que desear ante los países de nuestro entorno.
El dedazo del Presidente del Gobierno para nombrar al presidente de su partido en Andalucía, es algo muy natural para los votantes de derechas, dan por descontado que los poderosos de su partido eligen a los mejores, a pesar de las flagrantes equivocaciones de Rajoy. Todos recordamos cuando hablaba de Jaume Matas y decía: «Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares» (27/11/2004). Condenado por apropiación indebida de caudales públicos. Cuando decía de Francisco Camps: «Es un extraordinario dirigente, un político honrado que está en indefensión porque no sabe si se le acusa de algo. Tiene mi pleno apoyo» (16/03/2009). Se calcula que los valencianos han pagado 1.500 millones de sobrecoste en las obras públicas.
Si hablamos de IU, nos encontramos que por tercera vez consecutiva la Coordinación Federal nombra cabeza de lista al mallorquín Willy Meyer: mucho hablar de democracia pero el aparato sigue mandando.
El PSOE aprobó en su última asamblea “Primarias abiertas a la sociedad”. La comisión federal comandó a la ejecutiva que diera forma a las primarias abiertas a la sociedad civil. El Secretario General que debía ejecutar las órdenes de la Comisión hizo todo lo contrario: nombró por voluntad propia a su número dos, sin tener en cuenta que cada vez que un partido de izquierdas da un paso atrás en democracia, se resiente en las urnas por falta de credibilidad .
Cabe aplicar la expresión que hicieron famosa los italianos: “tutti uguali”.
Solo espero que algún día en nuestro país la ‘democracia real’ sea una realidad.