Twitter es un excelente campo de análisis de los procesos mentales no solo por la enorme cantidad de personas que comparten sus experiencias y pensamientos, sino sobre todo por el esfuerzo de síntesis y claridad a que obliga la limitada extensión de los mensajes a 140 caracteres, lo cual dicho sea de paso facilita la tarea al observador curioso.
Hoy domingo 18 de marzo, revisando mi cuenta de twitter he encontrado algunos comentarios interesantes sobre el recurrente tema del aborto; todos ellos favorables a la actual regulación o a su ampliación. La mayoría eran retwitts, y ellos me han llevado a #elgrandebate, donde he podido encontrar más comentarios.
He aquí algunos ejemplos:
Dice Javier Parra: Ayer robaban niños, hoy están contra el aborto…pero abortan mas que nadie. Vosotras parís, vosotras decidís! #elgrandebate
Javier Parra establece un interesante paralelismo entre el robo de niños, la oposición al aborto y la ejecución de abortos. Con este argumento, Parra utiliza la falacia de razonamiento conocida como falacia ad hominen, consistente en desacreditar a la persona del oponente como forma de desacreditar el argumento del oponente.De esta forma, el derecho a decidir de las mujeres (se entiende, derecho a decidir practicarse abortos) se sustenta, para Parra, en que los que no son partidarios de dicho derecho son unos ladrones de niños cuyas mujeres abortan más que nadie.
En la misma línea nos ofrece zezi Ser el siguiente mensaje: no les gusta el aborto pq son más de robar hijos para padres como dios manda #elgrandebate cuando no de abusar de ellos.
Los antiabortistas son, para esta señora o este señor, ladrones y abusadores de hijos; luego sus opiniones están desacreditadas por su propia esencia malvada y pervertida.Nos encontramos ante un ejemplo muy completo y explicativo de falaciaad hominem, puesto que la maldad y la perversión no son excluyentes de la argumentación impecable.Se hace notar que la falacia ad hominen es usuaria intensiva del verbo ser. Los argumentos basados en esta falacia no se interesan por lo que el contrario dice, sino por lo que el contrario es.
Dice Julia Otero: Siempre me sorprende: escuchar a los que no pueden quedar embarazados, defender que las mujeres no tengan derecho a decidir. #ElGranDebate
La sorpresa de Julia Otero es sorprendente por su contenido y por su forma de expresión. Otero no recalca que le sorprende que los hombres y las mujeres estériles –que no pueden quedar embarazadas- opinen sobre el aborto; lo que le sorprende es que los opositores -y opositoras al aborto que no pueden embarazarse-, opinen en contra del aborto.Otero no nos manifiesta un error de pensamiento; nos manifiesta una motivación profunda: Para ella, en el asunto del aborto no hay más que una posición no sorprendente; ser abortista.
Dice xipirona Isabel: «quitad vuestro rosarios de nuestros ovarios» #LasMujeresDeciden#ElGranDebate
xipirona Isabel no comete una falacia de pensamiento; simplemente reproduce un eslogan contra el cual no es posible realizar ninguna argumentación, salvo quizá matizar que la postura antiabortista no es sólo cristiana sino extensible a todas las religiones; sin embargo es aceptable que el imperativo eslogan que nos propone se centre en los católicos, ya que ovario no rima con Corán.xipirona Isabel sí que comete una falacia cuando afirma que “A estos antiabortistas,tras el parto les deja de interesar si el bebe tiene las condiciones para llevar una vida digna #elgrandebate”.Esta twittera aprovecha la llamada falacia asociativa para colocarnos una réplica de argumentación antiabortista introduciendo un asunto que poco o nada tiene que ver con el derecho de las embarazadas a disponer del propio cuerpo –que es el argumento básico abortista-: la falta de interés de los antiabortistas por la calidad de vida de los bebés después del parto.Un observador sutil podría matizar, con razón, que xipirona Isabel nos ofrece una combinación de falacia asociativa con la falacia ad hominen, en tanto en cuanto menciona un asunto poco relacionado con los argumentos abortistas en sí, a la vez que desacredita a los antiabortistas.
Dice Emilio López: “Una mujer de 16-17 años no puede decidir si debe abortar pero sí está obligada a ser madre #ElGranDebate”
López nos aporta una frase muy interesante en la que tres verbos se combinan para producir una cierta confusión: poder, deber, obligar.
Es interesante, aunque quizá un poco inexacto, el calificativo de mujer para referirse a la generalidad de las féminas adolescentes de 16-17 años. Quizá el asunto de la patria potestad –vigente hasta los 18 años o más- no es relevante para López, ni tampoco la relación causa-efecto de mantener relaciones sexuales sin medios anticonceptivos. En todo caso, lo más interesante es observar cómo López establece de una forma muy sutil que existe capacidad de decisión cuando se habla de abortar y existeobligación –se entiende de parir- cuando se habla de maternidad.
En nuestra opinión, López ha pretendido darle la vuelta a un argumento recurrente –y constitutivo de una falacia de asociación- de los antiabortistas: la capacidad de las adolescentes de 16 años para abortar sin conocimiento de sus padres, pero no para, por ejemplo, establecer su residencia o decidir la hora de regreso a casa por la noche. De ahí la presentación de su argumento de fondo: ser madre es una obligación, abortar es un derecho.
Dice Nicolás Franze: La mujer tiene derecho a follar cuando quiera, con quien quiera, donde quiera y abortar, si quiere. El PP tacha de criminales a las mujeres.
Franze nos informa de una manera contundente por la terminología empleada de algunos derechos femeninos que, sin embargo, no están tan claros como él piensa. Por ejemplo, la mujer no tiene derecho a follar con quien quiera: existen ciertas limitaciones sobre las edades y los grados de parentesco de la contraparte para que el derecho de polvo pueda ser reivindicado. Por ejemplo, follarse a un menor de 14 años o a un hijo no es legal, por mucho derecho a la disposición del propio cuerpo que nos propongamos defender.Por otro lado, el lugar y momento del polvo tampoco están absolutamente determinados por la voluntad de la folladora. Existen ciertos sitios donde la cosa no es posible sin que te puedan acusar de escándalo público: por ejemplo en el patio de juegos de una guardería a las doce de la mañana de un martes lectivo.Por último, y ahora sí que hablamos de falacia de pensamiento, Franze establece un falso paralelismo entre la defensa del derecho a la libertad de elección de pareja sexual y la libertad de aborto a partir de lo que podría ser una falacia por asociación: tengo derecho a follar con quien yo quiera, ergo tengo derecho a abortar. Francamente, no vemos la conexión entre ambas actividades, salvo que nos centremos exclusivamente sobre la coincidencia en el canal de paso utilizado para las mismas.Franze nos obsequia al final de su párrafo con una frase magistral y muy en la onda de los argumentum ad náuseam –la fuerza del argumento se basa en su repetición continuada-: El PP tacha de criminales a las mujeres.En primer lugar hay un error de generalización: el PP no tacharía en ningún caso a todas las mujeres de criminales, sino sólo a las que tuvieran intención de practicarse abortos o se los hubieran practicado. En segundo lugar, el PP tampoco tacharía en ningún caso de criminales a las mujeres que se practicaran abortos, sino sólo a las que se lo practicaran fuera de la ley.
Y para terminar, los notables argumentos de Emilio Silva:#elgrandebate: ¿Cuántas organizaciones autodenominadas pro-vida han protestado contra los países que aplican la pena de muerte? #elgrandebate
¿Cuántas organizaciones pro vida se manifestaron contra la muerte de miles de civiles en Irak?
Ya me temía que algún Twittero iba a sentir la tentación de echarle la culpa a Aznar.