Sociopolítica

Esto era el nuevo orden mundial

Con la “operación atraco” a los pueblos de España y de Europa -llamada de “rescate” a los bancos ladrones y dilapidadores- se quiebran nuestras economías, se da guillotina a la ya exigua soberanía de cada nación atracada y se termina con la escasa democracia que teníamos con sus correspondientes derechos sociales. Ellos no tienen problemas de paro porque nunca trabajan; no tienen miedo a quedarse sin bienes porque los tienen asegurados en caso de emergencia en paraísos fiscales y cuentas opacas, ni tampoco temen a la justicia porque los jueces los ponen ellos o son sus amigos. Estos son los que dirigen lo que llaman el «nuevo orden mundial», que es el orden de la destrucción: de empleo, de bienestar, de seguridad, de los recursos del Planeta con sus bosques, sus ríos, sus mares y su fauna. En definitiva: este es el orden satánico que separa, domina y ata pero de ninguna manera EL ORDEN, que es libertad, igualdad, unidad y justicia.

Esta macro-operación contra la humanidad fue cuidadosamente preparada y es llevada a cabo por gobiernos donde campan a sus anchas políticos indecentes, mediocres y serviles al servicio de los grandes banqueros y , de sus más influyentes hombres de negocios. Estos individuos, que representan lo más abyecto de la humanidad, se solazan poniendo título al infierno que ellos crean: le llaman pomposamente “Nuevo orden mundial”.

De sobra sabíamos lo que es el viejo orden mundial, porque hemos nacido en él. Recordemos sus rasgos principales: división, desigualdades sociales lacerantes, pobreza, esclavitud, usura, explotación de hombres por otros y alteración del equilibrio de los reinos de la naturaleza, exterminio diario de animales en los mataderos, en los laboratorios o en los mares para satisfacer nuestro paladar, ambición, y guerras para conseguir poseer lo de otros, opresión más o menos camuflada, idolatría al Becerro de Oro, campos de refugiados, emigraciones por hambre, enfermedades y falta de medios para curarlas, cultos a falsos dioses míticos humanizados para hacernos creer que nos premian, castigan o apoyan a unos contra otros, desprecio de toda idea del Dios real (nada que ver con las caricaturas eclesiásticas), complots políticos, adulteración, ocultamiento y persecución de la verdad, perversión de las ideas nobles para convertirlas en socialmente útiles para el poder (religioso, político, etc.). Estos son algunos rasgos. Los demás también los saben ustedes. Era por recordar, pero ¿encuentran alguna diferencia con el presente?

EL DISCURSO DEL NUEVO ORDEN ES BELIGERANTE

Si observamos atentamente los discursos de los predicadores del llamado Nuevo Orden caemos en la cuenta de que los poderosos quieren seguir siendo poderosos, – claro está,- por lo cual están aseguradas guerras y conflictos entre naciones cuyos dirigentes aspiran a lo mismo. Guerra significa pobreza y ruina para los pueblos, pero negocios para los promotores, que nunca van a ellas. Guerra significa robos, violaciones de toda clase de derechos humanos y divinos (de estos últimos no se suele hablar) y significa siembra de odios para la próxima e inevitable cosecha de sangre. Guerra significa mentir a las poblaciones sobre las razones por las que deben participar o soportar sus consecuencias disfrazando sus causas de supuestas agresiones, defensa de principios y derechos previamente introducidos en la mente colectiva, repetidos por generaciones. Hay una didáctica de todo esto, una pedagogía popular. ¿No oyeron hablar de patriotismo, por ejemplo?
¿Nunca oyeron eso de “servir a la Nación” o “dar la vida por ella”?
Confunden a las poblaciones sus gobiernos, les inyectan ideas venenosas contra supuestas amenazas de otros pueblos; y las gentes, asustadas e influenciadas por la pedagogía del poder, toman las armas y se dirigen a guerrear contra sus iguales creyendo que así sirven a la nación. Extraña idea esta de “nación”, como lo es la de “patria”, pero más aún cuando se utilizan como argumento para mandar soldados a los frentes de la muerte.
Guerra significa ir contra Dios que es paz y amor, para estar a favor de sus enemigos, los promotores, que buscan enfrentar a unos y otros en beneficio propio y con bendiciones vaticanas. Y es que el Vaticano también acepta la guerra que llama justa (hizo muchas así y bendijo las que le convino, más los genocidios indoeuropeos, tribunales de inquisición y caza de brujas) actuando directamente contra Dios y el quinto mandamiento, pues ningún Papa se ha se ha declarado jamás pacifista ni siquiera ecologista, lo que resulta tan llamativo como profundamente revelador en una humanidad preocupada por las guerras y los problemas ecológicos en todo el Planeta.
Los voceros del Nuevo Orden Mundial hablan casi a diario de la necesidad de la guerra aquí o allá. Siempre hay alguna en preparación, como no podía ser menos mientras no cesen de fabricar armas. La esperpéntica excusa: salvar la paz mundial y acabar con el terrorismo…¡con guerra y con terror!. Y no lo olvidemos: con el dinero de los pueblos, con la miseria de los pueblos y con los soldados de los pueblos. Ellos nunca arriesgan nada ni mandan a sus hijos a las guerras.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.