El final de Zapatero, entiéndase como cese, abandono o dimisión, más que extravagante, ya comienza a resultar estomagante, es decir, que hastia y molesta por su pesadez. El presidente, con su actitud, da la sensación de estar mendigando su pase a la posteridad a través de la intriga. Ya no sabe a que recurrir para llamar la atención y continuar manteniendo un protagonismo sumamente ridículo hasta el mismísimo dia que se despida o lo despidan. Debe estar convencido de que los españoles vivimos angustiados pensando en su futuro político, cuando a la sociedad, por considerarlo totalmente amortizado, lo único que desea es que firme el finiquito y desaparezca. Todos los medios de comunicación hacen referencia a la «ambigÁ¼edad calculada» de ZP, algo que tampoco aparta nada a su favor.
Otro de los grandes complejos de Rodriguez Zapatero es seguir creyéndose el ombligo del mundo, posiblemente fomentado por el «efecto botafumeiro» con que le adulan subordinados y subordinadas. Hasta el momento, todo lo escasamente bueno realizado por ZP, nunca ha sido por iniciativa propia sino obligado por entidades (U.E. y FMI) y personajes (Merkel y Sarkozy) cuando ya nos encontramos al borde del precipiocio, situación en la cual seguimos….
Conviene recordar que desde mayo del 2010, vivimos sometidos a permanentes reformas que nos han sido impuestas (por mucho que le moleste a la Sra. Salgado), cuyo único beneficio no aflora por ninguna parte, amargándonos la existencia y sumidos en una permanente desesperanza que ya alcanza cotas de verdadera angustia, producto de la ineficacia a que nos ha sometido este «contradictorio ciudadano» y ese «oscuro y sectario grupo que gobierna nuestro pais»
Cuanto mayor sea el desastre cosechado por el PSOE en las elecciones, antes recuperaremos la confianza perdida como país a nivel nacional e internacional. El mal sueño, la pesadilla que representa Zapatero, demanda a gritos la celebración de elecciones generales a la mayor brevedad posible para comenzar a reconstruir todo lo destruido durante estos casi últimos ocho años. Tarea que o será nada fácil pero tampoco imposible.
Lo que resulta inexplicable en toda este historia y que nadie entiende, es como Rubalcaba, máximo responsable de todos desastres nacionales, aparezca siempre como «el bueno de la película», que quizá, por raro que pueda parecer, tampoco le sirva ni sea suficiente para heredar el puesto de su jefe. ¿Aparecerá algún tapado?…¡¡Tiempo al tiempo!!