Con una estrategia coordinada a escala centroamericana, los países afectados por la roya del café buscan enfrentar las consecuencias de esta devastadora peste, que en 2012-2013 ha reducido entre 20 y 30 por ciento la producción del parque cafetero de la región.
El director ejecutivo de la Organización Internacional del Café (OIC), Robério Silva, dijo la semana pasada (22 de abril) en Honduras, que en este periodo la epidemia de roya del café, causada por el hongo Hemileia vastatrix, ha generado pérdidas por US$550 millones en Centroamérica y 441 mil personas han quedado sin trabajo.
De los países cafetaleros latinoamericanos afectados, cinco son centroamericanos: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Según la OIC, esta es la peor plaga desde que el hongo se detectó por primera vez en Latinoamérica en la década de 1970. La peste debilita las plantas, provocando la caída prematura del fruto.
El tema se discutió durante el Primer Congreso Internacional sobre la Crisis de la Roya del Café, realizado en la Ciudad de Guatemala (18 a 20 de abril) con la presencia de asociaciones de productores, comercializadores e investigadores agrícolas, así como entidades internacionales de financiamiento.
La cita concluyó con la propuesta de mejorar los precios para la compra de café, y una solicitud que se presentará a escala regional al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo, para establecer una línea de crédito por US$800 millones para combatir la roya.
Para el reembolso del crédito se propondrá un plazo de 20 años, con una tasa de interés del 2,5 por ciento.
Jacques Avelino, fitopatólogo e investigador del Cirad-Promecafé-Catie, explica a SciDev.Net que la virulencia que ha mostrado la roya se debe a una variabilidad climática que ha alterado tanto los perfiles de plagas y enfermedades como las épocas de surgimiento.
Avelino destaca que su combate incluye aplicar fungicidas cuando se inician las lluvias, fertilizar apropiadamente la planta y mejorar la calidad del sustrato, porque los suelos ácidos aumentan la susceptibilidad al hongo.
El experto agrega que gran parte de los cafetales centroamericanos son viejos —entre 20 y 50 años de antigÁ¼edad—, por lo que no responden tan bien a la poda. Por ello, señala, este sería el mejor momento para renovar las parcelas con variedades de cafetos resistentes a distintas enfermedades.
En Guatemala, donde se estima que se perderán 79 mil empleos directos y las divisas por el grano disminuirán de US$936 millones a US$550 millones, ya se han tomado medidas.
La Asociación Nacional de Café (Anacafé) ha identificado qué plantaciones necesitan renovación, solo poda o aplicación de fungicidas y negoció un lote de fungicidas a un precio favorable para los pequeños productores, indica a SciDev.Net su vicepresidente, Miguel Medina.
Lucy Calderón
SciDev.Net