Para todos aquellos que nos hemos criado entre las noticias de las bombas de la banda terrorista ETA, escuchar la noticia del cese de su lucha armada es una alegría inmensa que hace empequeñecer cualquier otra cuestión que nos pudiera estar acechando durante la tarde y posponer la publicación de cualquier otro artículo que tuviéramos en mente, porque el hecho de que ETA haya decidido finalmente abandonar su lucha, irracional e infructuosa, es una gran noticia para el conjunto de la sociedad española.
Y como tal debemos tomárnosla todos, sin excepción, derecha e izquierda, víctimas y ciudadanos sin más, porque la noticia que todos estábamos esperando se ha producido, al fin, y ya podremos dejar de contar las víctimas mortales de estos asesinos que izaron la bandera de una lucha nacional para justificar sus crímenes sin sentido.
Porque es necesario que sigamos unidos para iniciar un proceso que resultará tan complicado como el anterior, el proceso de la reconciliación o, al menos, de la cohabitación, el perdonar sin olvidar, el ser capaces de convivir en un mismo espacio geográfico, es complejo, lo sé, y más para aquellos familiares de víctimas que tendrán que seguir cruzándose con los verdugos que cercenaron sus vidas por la calle, pero es la única alternativa, la transición democrática española así nos lo demostró y ahora debemos de realizar un nuevo ejercicio de madurez.
La construcción de una sociedad en paz requiere el tragar saliva y seguir hacia adelante, sin exigir lo que no se puede exigir si queremos encontrar una solución que satisfaga nuestras ansias de convivencia pacífica y democrática, donde sea la sociedad en libertad la que elija a sus representantes, sean quienes sean, y todos seamos capaces de respetar la decisión de cada grupo de votantes.
Una gran noticia, en fin, sin vuelta atrás, esperamos, y que abre un nuevo espacio de convivencia que debiéramos ser capaces de aprovechar.
