Bonito nombre: «Eurovegas«. Solo falta el luminoso y las letras en neón parpadeando a la salida de una carretera de un pueblo o ciudad cualquiera, y que no se me olvide la flecha indicando los aparcamientos en la parte posterior del local, creo que no necesito dar más detalles sobre lo que el nombre me trae a la cabeza, todos ustedes lo han entendido perfectamente.
Primero vinieron arabes, luego chinos, todos venían a poner dinero y negocios y el antiguo gobierno, proclamándolo a bombo y platillo, y luego, como otras tantas cosas, se quedó en eso, en bombo y platillo, y ahora Eurovegas.
Lo querían los catalanes pero, parece ser, que se vienen para Madrid, cosa que a la Presidenta le alegra mucho. Yo no tengo nada contra de la creación de negocios que den trabajo, ¿pero esto?, y no me pregunten, me da como un ligero tufillo un tanto extraño, acordémonos del famoso «Pocero» con su gran ciudad, de las estaciones del AVE en Guadalajara y la zona residencial que se creó a su alrededor y que ahora está semi-vacía, aeropuertos, ¡yo qué sé!, la de cosas que nos iban a sacar de esta recesión …
Y ahora: «Eurovegas«. Peleas por tenerla entre catalanes y madrileños, no sé, pero me trae a la memoria la famosa película de Berlanga: «Bienvenido Mister Marshall«, pasó el cohe y todos en el balcón del Ayuntamiento se quedaron con la boca abierta.
«…volvemos hacia atrás,
hacia la España profunda…»
Estamos entrando en eso, volvemos hacia atrás, hacia la España profunda, vienen de fuera y a nosotros ¿qué nos pasa?, no valemos para crear empleo.
Todas las «Eurovegas» que sean necesarias, no a depender de fuera y, encima en la tele, solo faltan los cohetes y todos cantando la canción de la película mencionada. ¿Dónde se queda la inteligencia del español? En la puerta de los bancos, que no sueltan ni un duro, sino que encima te lo piden.
Esperemos que «Eurovegas» no sea otro engaña-bobos que encima nos cueste dinero, porque nuestro bolsillo ya no se puede remendar mas.