Importan más los idiomas y la formación
Una de las principales actividades económicas de los países europeos con crisis, deuda y desempleo consiste en exportar personas cualificadas. Así lo sostiene el portugués António Fernandes, dueño de una multinacional que se dedica a la extracción de material energético en Angola.
La falta de horizontes en Portugal ha llevado a miles de personas con un alto nivel de formación a Angola. Esta antigua colonia portuguesa aún tiene las materias primas que se disputaron distintos grupos armados y mercenarios extranjeros tras la independencia. El retorno precipitado de médicos, ingenieros y profesores portugueses a su tierra dejó al país sin personal cualificado. Cuarenta años más tarde, Angola crece a un ritmo del 10% anual.
También España ve cómo sus ciudadanos más cualificados emigran a otros países. Muchos que dominan el inglés se han ido a Alemania, que desde hace meses pedía personas con un alto nivel de formación. El idioma no supone ningún obstáculo. Mientras aprenden el alemán en cursos intensivos, los españoles que han emigrado se comunican con los alemanes gracias al inglés que ya dominaban.
Algunos profesores universitarios intuían la ventaja que tendría más adelante aprender idiomas y animaron a sus alumnos a embarcarse no sólo en el inglés, convertido en una necesidad, o en el francés, sino también en el árabe y en el chino. Las universidades españolas han ampliado su abanico de becas dentro del programa de intercambio Erasmus. El manejo adecuado del inglés les permite a varios universitarios españoles a cursar sus últimos años de carrera universitaria en países de Europa del Este como Bulgaria y Rumanía. Pero las ofertas de becas empiezan a llevar a jóvenes preparados a países tan desconocidos como Australia, donde se perfecciona el inglés en pocos meses, o Canadá, donde se puede practicar tanto el inglés como el francés.
Así lo hizo Daniel Méndez Morán, periodista español de la Universidad Complutense de Madrid. Considera que tuvo “la gran suerte” de ser rechazado cuando pidió una beca Erasmus. Esto le abrió varias puertas: una estancia en Canadá con otras becas, un verano en París, donde trabajó y perfeccionó el francés. Comenzó sus estudios orientales en Madrid más adelante y aprendió las bases del chino. Entonces se fue a China en 2008 antes del verano. Colaboró con medios españoles durante los Juegos Olímpicos, un momento histórico para el gigante asiático, donde permanece. Ha publicado el libro Universitario en China y creó la página ZaiChina.net, que presenta la realidad del país más allá de los convencionalismos eurocentristas y “occidentales”. También ha trabajado para la televisión estatal.
Varios colaboradores de periódicos españoles o corresponsales de agencias en China se han abierto camino de forma similar. Los procesos de cambio en el mundo árabe ofrecen nuevas oportunidades a periodistas que han estudiado el idioma. A todos ellos, la crisis en España y el desempleo les suena un poco a chino.
En 2010, el número de españoles que residían en el extranjero aumentó en casi 130.000, según datos oficiales. Aunque se atribuye un porcentaje a la nacionalización de latinoamericanos por la Ley de Memoria Histórica, se calcula que más de 10.000 españoles han emigrado a América Latina desde que comenzó la crisis. La bonanza económica de países como Brasil, el descubrimiento de yacimientos de materias primas como en Argentina y las oportunidades que ofrece México para dar el salto a Estados Unidos atraen la inversión de empresas que contratan a españoles con formación universitaria. Muchos aseguran que en estas empresas han podido crecer rápido en lo profesional y que, de haberse quedado en España, trabajarían aún como becarios.
Otros españoles con título universitario han hecho cursos de posgrado que ofrecían prácticas profesionales en América Latina. Así ocurre con el curso Información Internacional y Países del Sur de ofrece la Universidad Complutense de Madrid. En varias ocasiones, medios de comunicación con prestigio les han ofrecido a estos periodistas españoles contratos fijos de trabajo.
En este mundo globalizado, la formación, el conocimiento de otros idiomas y otras culturas ha resultado determinante para los jóvenes españoles que encuentran trabajo en el extranjero. La construcción entra en crisis cuando revienta la burbuja inmobiliaria. Pero para los conocimientos y la experiencia de jóvenes formados y cosmopolitas, no hay burbuja que reventar.
Carlos Miguélez Monroy
Periodista, coordinador del CCS
Twitter: @cmiguelez