ELCRISOL – Pascual Mogica Costa
Como viene siendo habitual en el Partido Popular, y al igual que lo hizo Mariano Rajoy, Francesc Camps, rodeado de todos los miembros de su Gobierno, y con el añadido de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dio una rueda de prensa el pasado día 19 en la que mostró su indignación y en la cual amenazó con llevar a todo el mundo a los tribunales, por el hecho de que la Fiscalía le implica en la trama por corrupción masiva que viene investigando el juez Baltasar Garzón, sí, el mismo juez que en el caso de los GAL era un héroe para el PP y ahora es un villano. Por lo visto en el PP han hecho suyo aquello que dice: “Cuando gano vengan bollos y cuando pierdo es que me roban”.
Al parecer y según dicen, hay una grabación por ahí en la cual se manifiesta que alguien pagó 30.000 euros en trajes para Camps. Y “hasta aquí hemos llegado”, pienso que diría Camps. Y sin perder un minuto se rodeó de sus consellers, entre lo que se encontraría Serafín Castellanos, que también sale en la película de la trama, y Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia, esta no sale en la película, y ofreció esa rueda de prensa, en la cual negó, naturalmente, faltaría más, vinculación alguna con esa trama. Pero eché en falta la presencia de Carlos Fabra, de ese que dijo en vísperas del sorteo navideño que si le tocaba la lotería se sacaría la “pirula” y se mearía en la sede de Izquierda Unida. Ahí creo que Camps ha cometido un fallo, debió llamar a Fabra, no por el hecho de estar más arropado si no por que la presencia de Fabra, hubiera dado un tinte de pulcritud, lustre, esplendor y transparencia a su protesta por esa implicación que le achaca la fiscalía. Pero esto es algo que suele pasar en las bodas y en los funerales, que los nervios no te dejan pensar y siempre se quedan sin ser invitados y avisados aquellos que más te pueden jalear, ayudar y animar en cada circunstancia. Imperdonable olvido el de Camps.