La pretendida afinidad existente entre el partido griego de izquierda Syriza y Podemos, puede resultar un arma de doble filo por diversos motivos. Tras conocerse el adelanto de elecciones generales en Grecia para el próximo 25 de enero, todos los mercados bursátiles, incluida España, han sufrido tremendas caídas que continúan incrementándose por temor al resultado de los citados comicios, lo que está generando una preocupante inestabilidad económica en la UE.
Según los sondeos de opinión, Syriza aparece como la fuerza favorita con un 29% de los votos, seguidos del centro-derecha de Samaras con un 24% y un 3,3% de socialistas del Pasok, convertidos en representación testimonial que siguen hundiéndose, habiendo sido quienes gobernaron en el inicio de la crisis.
Alexis Tsipras, líder de Syriza, con su programa de protección y crecimiento del sector público en base a efectuar más nacionalizaciones, subidas draconianas de impuestos, prometer utópicas prestaciones sociales y, esencialmente suspender el pago de la deuda momentáneamente, son las propuestas inadmisibles que propiciarían la quiebra de la economía helena, pero son con las que se propone ganar las mencionadas elecciones. De hecho, el FMI, conocedor de tan aberrantes planteamientos, ha suspendido todas las negociaciones sobre posibles ayudas hasta que no se forme un nuevo Gobierno.
Retornando al presunto paralelismo de Syriza y Podemos, con independencia del intercambio de tuits entre Tsipras e Iglesias, no corresponde a la realidad, dado que el partido griego forma parte de su Parlamento desde el 2004 con seis escaños y actualmente participan con 71 diputados desde el 2012, de donde se deduce que su experiencia política, es sensiblemente superior a la de Podemos, recientemente convertido en partido.
Sin la menor duda, el resultado de las elecciones griegas va a repercutir sensiblemente y a corto plazo sobre el futuro de Podemos. Imaginando un triunfo de Syriza sin negativas consecuencias económicas y aplicando las reformas recomendadas por la UE, supondría un espaldarazo para la formación de Pablo Iglesias. Por el contrario si no logran el poder a pesar de los augurios de las encuestas, las expectativas de Podemos serian cuestionadas.
Desde otra óptica e imaginando que Syriza pueda formar Gobierno, con el programa económico-social copiado de Podemos, hipotecando y arruinando al país, dañaría sensiblemente la imagen de su homólogo español con el consiguiente desprestigio y desconfianza. Igualmente, si el voto de los griegos en las urnas, nada que ver con la intención del mismo reflejado en las encuestas, no proporciona la victoria a Syriza, la manifestación convocada en Madrid por Podemos el día 31, perderá fuerza y la concurrencia será menor, lo que proyectaría una sensación de fracaso de inesperadas consecuencias futuras.
Existe otra dato que no ha gustado nada a los dirigentes de Podemos, referido a la drástica caída de participación dándose el caso inquietante de que cuantos más afiliados tienen menos gente vota. Concretamente, los resultados de las tres últimas convocatorias, en octubre votaron 112.070 personas de las 205.750 que se había inscrito para elegir los estatutos del partido (54,4%). Posteriormente, en noviembre y para las elecciones del secretaria general y de la dirección del partido, solo votaron 107.488 de los 251.998 inscritos (42,6%), y como final, en diciembre, ls convocatoria para elegir a sus dirigentes municipales, votaron 86.046 de los 248.998 inscritos (34,6%), de donde se deduce que la tendencia no puede ser más negativa y la euforia participativa ya no es la misma.
Para ciertos analistas políticos, no precisamente contrarios a Podemos, el haber creado ese vínculo tan estrecho entre ambos partidos, poco aporta y si supone un gran riesgo para la formación de Pablo Iglesias, apodado “Coleta Hood” por su odio a ricos, banqueros, poderosos, etc. y benefactor de menesterosos. De cualquier forma, para España, el año 2015 será pródigo en novedades, sobresaltos e incertidumbres. Nadie sabe que ocurrirá y las metafóricas cuchilladas en el arco parlamentario serán de pronóstico reservado. Rajoy y el PP se lo juegan todo en estos trepidantes 365 días y si el presidente no logra una segunda legislatura según la profecía, algo conseguido hasta por el desdichado e inane Zapatero, el drama será mayúsculo. Tengamos presente, y de eso sabemos mucho, que el dinero corrompe, pero lo mismo o peor ocurre con el poder. ¡¡Tiempo al tiempo!!