De no ser por las presiones de Felipe González al interior del PSOE, las negociaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ya estarían dando sus primeros resultados en favor de la investidura del líder socialista. Sin duda, el expresidente del gobierno español Felipe González está jugando un papel importantísimo a la hora de investir al próximo Presidente de Gobierno de España.
No sería descabellado pensar que González a su vez está recibiendo presiones del anterior monarca, de Aznar (por aquello de salvaguardar el bipartidismo), de Merkel, del Banco Central Europeo, de la Troika y un largo etcétera de personajes influyentes que no quiere cambios en Europa.
Lo único cierto es que Sánchez no es el candidato de Felipe González
El expresidente preferiría a Susana Díaz como presidenta del PSOE y de España. Sánchez no goza del favor del expresidente porque no ganó las elecciones ni sacó más de cien diputados. Al parecer González, como un emperador romano, le ha bajado el dedo al actual líder de los socialistas, y sus barones fieles a él han hecho lo mismo. Con esto vemos que los candidatos son solo herramientas con una única función, que es sacar la mayor cantidad de votos: a más votos más útil para el partido; a menos votos ya no eres útil y debes dimitir y dejar el puesto. Pedro Sánchez quedó segundo y en condiciones normales ya se habría ido a su casa, pero le ha plantado cara al mismo Felipe González.
La ciudadanía se está dando cuenta del pulso que están manteniendo estos dos políticos. De momento van empatados, pero conforme transcurran los días se va a ir viendo al ganador. Por otra parte, Rajoy, expectante, lógicamente le interesa que este pulso lo gane González, y al parecer esa es su estrategia. Recordemos que los mismos dirigentes de Ciudadanos están diciendo que Rajoy no intentó entrar en contacto con ellos hasta ahora, pero de forma mínima. No cabe duda que Rajoy confía en Felipe González como garante del bipartidismo y ha puesto todas sus esperanzas en él. ¿Para que buscar pactos si González lo hará todo? La ley del mínimo esfuerzo.
Felipe González y Podemos no son compatibles por ningún lado
Los del partido de Pablo Iglesias siempre se han referido al expresidente socialista como modelo de las «puertas giratorias», de amasar una gran fortuna después de dejar La Moncloa, de dar conferencias por 200.000 euros y de trabajar para Gas Natural como consejero. En fin, lo cierto es que si nos olvidamos que González es un dirigente del PSOE tranquilamente podría pasar como un dirigente del Partido Popular. Es que solo hace falta ver cuán lejos ha ido respecto a Venezuela. Ni el propio Zapatero se atrevió ir tan lejos con el país sudamericano. Es más Zapatero, pese a sus errores en el manejo económico, en la política internacional siempre fue moderado.
Es un caso curioso el de González, que hace ostentación de su poder incluso como Rodrigo Rato, dejándose fotografiar en su lujoso yate. Un dirigente socialista que llama «leninista» a Pablo Iglesias, descoloca hasta al más cuerdo.
¿Acaso no se acuerda que Lenin fue un héroe de la revolución comunista rusa? ¿Se habrá olvidado González ya de la letra de la Internacional? No lo creo pero estoy empezando a dudarlo. Tanto lujo, tanto discurso neoliberal está pasando factura al expresidente. Es que al final va ser cierto eso de que el PP y el PSOE de un tiempo a esta parte se parecen tanto que casi ni se diferencian: «PPSOE», dicen algunos.
¿Será cierto entonces aquello de que el PSOE es un partido de Pijosprogres? Me resisto a creerlo pero el tren de vida de sus dirigentes me está convenciendo de lo contrario.
