Definitivamente, este individuo está chocheando. Y en su chocheo progresivo, hasta es capaz de levantar la mano y ofrecerse como voluntario para tratar de enderezar a un lugar, España se llama, que a fecha del presente se arrastra por los túneles del tiempo en su mejor versión del blanco y negro. Y se ofrece el muchacho, socialista de pro, a “echar una mano” al Gobierno; pues, según él mismo dice, “está disponible” y Mariano lo sabe. Todo esto, y mucho más, lo ha soltado –sin prisas y con una verbosidad excesiva- ante un auditorio de espadachines entregados, filibusteros y mercaderes de apaño, que acompañaba al histriónico y bronceado socialista (?), parte de “la vieja guardia” (la que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a los socialistas andaluces), la moza que dirige la UGT (antes Unión General de Trabajadores) en Andalucía, el señor de la Borbolla que no se pierde una, consejeros actuales y no actuales, el alcalde sevillano y demás gente de cuyos nombres no quiero acordarme.
Yo que creía que el “salvapatrias” oficial del reino era ese señor bajito de bigote sombreado que se aposenta en María de Molina. Y mire usted por donde, sale a la palestra sociopolítica, ahora, otro salvador. De distinto pelaje ideológico que el anterior, pero de parecidas “carreras” a posteriori de haber ejercido la presidencia de sus respectivos gobiernos. Que sobre éste, en particular, habría que arrojar toda una serie de diatribas; por cuanto supuso su elección mayoritaria en un país que no acababa de creérselo y que con este gobernante iba a meterse de lleno en la parafernalia europea, americanos incluidos. Es decir, que el personaje en cuestión nos iba a modernizar poniéndonos como un faro en el candelero mundial. Así se impuso el socialismo en una tierra de tintes grisáceos y cuyos habitantes, en su gran mayoría, demandaban el aflojamiento de la mordaza y el quite de la venda de los ojos. Y un servidor creyó en el apóstol, hasta que el apóstol empezó a negar más de tres veces.
Hoy, con la O de obrero tirada a la cuneta de no se sabe bien qué camino, don Felipe se ornamenta el ego hasta cotas inimaginables, y no se corta un pelo en ofrecer recitales a lo largo y ancho del territorio a la manera de esos pastores estadounidenses que predican acerca del bien y del mal, pócima mágica en mano. Y se creerá el héroe de Suresnes que de su recetario milagroso saldrá la esperanza, la solución a un estado de cosas que son del todo inaguantables ya. Que para eso se ha ofrecido al poder de turno. Pues, que desea renovar los votos de pobreza echándose en los brazos de quienes ostentan sin ningún pudor la vara de la represión social y económica. ¿Usted lo entiende? Sin duda, querrá a la vejez que se le recuerde en las páginas de la historia de Hispania como un nuevo mesías, ¿será posible? Un espejo que fue y en el que tantos y tantos socialistas jóvenes se miraron… Definitivamente, este individuo está chocheando. ¿Mira que publicar a los cuatro vientos que está disponible y que Rajoy lo sabe, para “echar una mano”?