Una mirada acosadora cuando el fracaso asoma
¿No te salen los planes?Â
¿Las cosas no salieron como planeaste? ¿Tomaste muchas decisiones en tu vida pero muy pocas cosas sucedieron tal y como deseabas, creÃas que te lo merecÃas o que era bueno para ti?
Cuando sucede todo al revés y sentimos impotencia porque nos resulta imposible el cumplir o satisfacer nuestros deseos más anhelados, estamos experimentando lo que llamamos frustración y, muchos, culpamos a “algo†a lo que ponemos, en numerosas ocasiones, la etiqueta de “mala suerteâ€. Muchos dicen que no creen en Dios pero sà en la mala suerte. Podemos creer que el azar no nos benefició como quien tira turno en una ruleta y cae en el número o el color que le hace perder la partida ¿De verdad creemos que la vida juega a la ruleta con nosotros?, o ¿hay algo detrás de todo…?
Lo más cómodo es no complicarse, no plantearse nada, simplemente, no nos tocó lo que querÃamos. Eso funciona en los juegos, en el bingo, en los puestos de una feria pero la vida, por lo menos para mÃ, no es nada de eso. Simplemente nos cuesta mucho profundizar en la verdadera causa de las cosas.
No estamos acostumbrados a indagar y entrar dentro de nuestra psique para conocerla, se nos hace muy pesado y, para muchos, es una batalla perdida el solo pensarlo, por lo que, se da por imposible, y hasta molesto, pudiendo resultar de locos su simple planteamiento.
En cambio, a otros, les resultará fascinante, intrigante, curioso y, en ocasiones, fastidia pero muy liberador cuando se va comprendiendo y manejando. Son aquellos que se dan cuenta de que hay algo que no tiene nada que ver con la buena o mala suerte, hay una armonÃa y sincronicidad (término elegido por Carl Gustav Jung para aludir a «la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal») con la información que nuestra psique y el colectivo emite y comprenden que “la casualidad no existeâ€.
Todos, en mayor o menor medida, tenemos programadas ciertas actitudes de autosabotaje. Creencias limitantes por lo que hemos aprendido y heredado del árbol familiar, la educación y de la sociedad. Desde fuera lo podemos ver como algo externo a nosotros, que elige por nosotros, en muchas ocasiones, en apariencia de fastidiarnos y ¡no veas cuanto! o ¿no?
Sufrimos de la decepción que se convierte en tristeza generalizada porque no conseguimos hacer consciente lo que nos está impidiendo, realmente, conseguir nuestros objetivos. Saltar las barreras internas que están bloqueando nuestro camino.
Desde mi visión, es cierto que hay muchas influencias que nos perjudican… pero no tienen nada que ver con la mala suerte. Siempre hay algo detrás… aunque lo desconozcamos y nos acostumbramos a decir por ejemplo: bueno… ¡qué se le va a hacer! ¡Mala suerte! Pero podemos ir cambiando el vocabulario en la medida en que nos demos cuenta, sobre todo alguien que haya investigado, reflexionado, meditado…, más allá de las apariencias.
 ¿No será que la ignorancia generalizada sobre nuestro cerebro-psique (memorias) e intelecto, además del universo que nos rodea, con respecto a la consciencia es la incredulidad ignorando las leyes universales?
¿Cuántas cosas hicimos porque tenÃamos claro que era lo que querÃamos pero después, con el paso de los años, nos dimos cuenta de que no era tan bueno como creÃamos? ¿lo sentimos como un fracaso? Salir con alguien…, una casa…, un coche,…, un trabajo… “Creemos, creemos…â€
En cambio ¿cuántas otras sucedieron sin haberlo planeado? y, es curioso, cómo con el tiempo se da uno cuenta de que fue lo más correcto y perfecto que podÃa habernos sucedido. Cómo el tiempo da la razón o la quita. Cómo las cosas fluyen y aumentan nuestro bienestar o cómo se estancan y nos impiden ser felices y avanzar.
Estamos constantemente eligiendo desde nuestros procesos de pensamiento, nuestra estructura mental se adelanta a nuestra sensación de estar tomando una decisión.
Asà lo explican algunos cientÃficos actuales como por ejemplo en el capÃtulo 438 de REDES, entrevista de Eduardo Punset a Warner J. Duchén M.
¿Qué estamos viviendo realmente? ¿Qué creemos que estamos manejando…?
Nos queda mucho por comprender y asimilar pero quien ya pilló los principales detalles y decidió aceptar lo que nadie puede anular ni rechazar, aunque si resistir, y esto es “el momento presenteâ€, ya tiene la barca adecuada para seguir la corriente que le llevará por el camino correcto sin cohibir el discernimiento ni luchar contra la oposición.