Sociopolítica

Fulgor y declive de Ciutadans (sic)

El redactor de El Mundo Álex Salmón ha tenido a bien publicar en dicho periódico el artículo de opinión titulado Fulgor y declive de Ciutadans, y yo me he sentido en la obligación moral de escribirle a este amable señor una carta que El Mundo no va a publicar, pero que transcribo a continuación.

Apreciado señor Salmó:
He leído su artículo «Fulgor y declive de Ciutadans» y, como militante de Ciudadanos (al que usted se empeña en llamar en catalán aun redactando en castellano, motivo por el cual he creído que usted también prefería la versión catalana de su apellido), tengo que manifestarle mi contrariedad por muchas de las opiniones vertidas en él.
Habla usted en primera persona al referirse a El Mundo, por lo que deduzco que tiene ciertas responsabilidades en el diario. Defiende que El Mundo debe dar cobertura a las voces críticas dentro de Ciudadanos «en defensa de la libertad y pluralidad de pensamiento». El argumento sería válido si la voz oficial del partido tuviera un acceso habitual y sin filtros a los medios de comunicación. Estará usted conmigo en que no es así. Entre otros, su periódico se ha negado sistemáticamente a prestar su espacio a la información procedente de los órganos oficiales de Ciudadanos y se ha limitado a hacerse eco de todas las críticas, internas y externas, fundadas e infundadas, para contribuir a su desprestigio.
El Mundo no es, como usted pretende, un testigo imparcial de lo que sucede en Ciudadanos. Su periódico se ha hartado de verter opiniones siempre negativas sin dar lugar a la respuesta desde el partido, y ha mentido descaradamente en toda ocasión que se le ha puesto a tiro, especialmente en relación con la coalición Libertas-Ciudadanos de España. Se han inventado la naturaleza euroescéptica y ultracatólica de Libertas, han hecho hincapié en el conservadurismo de algunas de las formaciones que han integrado la plataforma en ciertos países, obviando que en la mayoría se trataba de partidos progresistas; se han inventado la incorporación de tránsfugas como Tamayo y Sáenz a Ciudadanos de España; se han negado a rectificar sus errores cuando han quedado de manifiesto… Y todo ello porque no querían que UPyD viera mermado su apoyo electoral por la concurrencia de Ciudadanos a los comicios europeos.
Por otra parte, reconozco que, en los inicios de la singladura de Ciudadanos, la actitud de El Mundo fue diferente. Pero cambió radicalmente desde la irrupción de Rosa Díez en la escena. Estaba claro que querían ustedes apoyar a una tercera vía (aunque tengo muchas dudas de la sinceridad de esa apuesta, pues ustedes son peperos hasta la médula y, cuando se hayan cargado a Rajoy, volverán a apoyar al PP). El hecho de que Rosa Díez, contra todas las expectativas, renunciara a unirse a Ciudadanos para fundar su propia marca les hizo dar la espalda, por puro oportunismo, al partido que había abierto esa brecha. Después de eso, se han dedicado a mentir, por ejemplo, respecto de las causas del desencuentro entre UPyD y C’s, imputables exclusivamente a la ambición personal de Rosa Díez, y han ocultado la falta de democracia interna en UPyD, donde su «lideresa» ha llegado a amenazar con abandonar la formación si se aprobaba la elección de los órganos de gobierno por listas abiertas. Por cierto, el coordinador de Aragón, que fue quien propuso las listas abiertas, fue fulminantemente destituido con una excusa inverosímil. De todo ello, El Mundo no ha dicho nada.
Por otro lado, sus valoraciones de la realidad son totalmente tendenciosas. Cuando dice, por ejemplo, que «Ciutadans es un partido catalán pensado para Cataluña y creado aquí. UPyD es un partido nacido en el País Vasco con un proyecto claro de Estado», olvida que Cataluña es parte de España y que es totalmente legítimo que, desde Cataluña, quiera extenderse a toda España; olvida que Ciudadanos ha expresado siempre su vocación nacional; olvida que para recuperar la unidad de España donde más hay que dar guerra es en las regiones donde el nacionalismo se ha adueñado de la política; olvida que esto constituye un esfuerzo ímprobo en una lucha contra todos los poderes establecidos; olvida que tildar continuamente a Ciudadanos de «catalán» es un flaco favor a la conciencia de la españolidad de Cataluña y a la viabilidad del proyecto; olvida, por otro lado, que Rosa Díez ha centrado su actuación en Madrid, que en las comunidades donde hay más nacionalismo sus resultados son ínfimos y que, por muy vascos que sean sus orígenes, UPyD no ha tenido el valor de centrar en esa comunidad su lucha contra el nacionalismo y la sinrazón.
Por último, cuando afirma que «la formación de Rivera tenía que haber sido más generosa con Rosa Díez» está haciendo usted un flaquísimo honor a la verdad y está defraudando a sus lectores, que confían en que lo que leen sea cierto. La única realidad es que la ejecutiva de Ciudadanos le ofreció a Rosa Díez toda su disposición a moldear el partido a su antojo, incluso a cambiarle el nombre, pero sin alterar el funcionamiento democrático interno. Ella se negó. Es una profesional de la política que no podía poner su sueldo a disposición de la caprichosa masa de militantes. Prefirió hacer la guerra por su cuenta y, desde el primer momento, se ocupó de mantener las distancias con Ciudadanos, al que ha cerrado las puertas de forma inalterable y al que ha negado toda posibilidad de colaboración. ¿Qué mayor generosidad esperaba usted por parte de Ciudadanos? ¿Un suicidio colectivo de todos sus militanes a la puerta de la sede de UPyD en Madrid?
Señor Salmó, hace usted un uso indigno de la poltrona desde donde escribe. Participa usted de los intereses plutocráticos que no desean un verdadero cambio en la política española, y aporta su granito de arena para que los movimientos cívicos que quieren regenerar la democracia nunca triunfen. Esto impide que una carta como la mía vea nunca la luz de los medios, pero, si ha tenido el valor de leer hasta aquí, al menos conseguiré que una parte de su interior, por pequeña y recóndita que sea, se avergÁ¼ence de usted mismo.
Reciba un cordial saludo.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.