Ahora se pretende difundir, por parte de futurólogos y profetas del PSOE, la idea de que Zapatero dedicará sus últimos coletazos a cargo del Gobierno para pasar como el mayor reformista y salvapatrias de la humanidad. Que su honroso legado se convierta en todo un sacrificio imponiendo reformas que le serán reconocidas con largueza por las generaciones venideras. Mayor cinismo ya no se despacha, pero al orgulloso, con cualquier lisonja que haga referencia a la posteridad es suficiente para afianzarle en su postura de irredento iluminado. .
Que nadie se confunda. En la reciente entrevista del Veo7, Zapatero no aportó absolutamente nada nuevo. El mantra de su ya ridículo canto al sacrificio y la esperanza ya aburre hasta a las centollas. El presidente se equivoca. Aquí no cunde el nerviosismo sino lisa y llánamente la miseria en el más amplio concepto de la palabra, unido a la preocupación de los dirigentes socialistas alimentada por los pésimos augurios de las encuestas, que colocan a muchos de ellos, sin más oficio ni beneficio que haber disfrutado durante casi ocho años, de unos sueldos y prebendas que jamás habrian logrado en la empresa privada.
Mueven a la hilaridad todos esos «interpretadores» sobre las intenciones de su amado lider, como por ejemplo, la del portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, José Antonio Alonso, aclarado que Zapatero lo que quiere decir es que «gobernará toda la legislatura». Si efectivamente el sr. Alonso es amigo del presidente, lo mejor que podria recomendarle es que abandonase cuanto antes; a poder ser antes de la celebración de las elecciones autonomicas y municipales. La sociedad española ya está harta, agotada y aburrida de soportar mamarrachadas planetrias y memeces como «la Alianza de las Civilizaciones». Y sino, que se lo pregunten a ese colectivo de casi cinco millones de parados cuya aspiración es lograr un puesto de trabajo y recuperar su estatus de persona.
Presidente, su paso por el Gobierno ha sido la peor pesadilla de los españoles desde que gozamos de democracia.
Nadie, o muy pocos, podrian admitir las declaraciones del vicesecretario general del PSOE, afirmando que en el partido «hay un deseo de continuidad del presidente». Tal manifestación solo es compresible bajo su «personal» punto de vista y de otros muchos en situacion similar. Pasar de ministro a simple diputado de la oposición no es nada grato, duele, pero así esla política don José.
La institución del «pelota» (adulador oficial) es tan vieja como la humanidad. Razón por la cual, algunos socialistas con carguete dicen estar seguros de que ZP «se volverá a presentar»..
Y una última e interesante cuestión: ¿a qué podría dedicarse Zapatero cuando abandone el Gobierno?, ¿que empresa u organización podria contratarle?. Piénsenlo; no es nada fácil. Posiblemente una gran mayoria se abstendrán para evitar males futuros…¡¡Tiempo al tiempo!!