Ciencia

Ganar-ganar: ¿puede el dinero comprar servicios ambientales?

BOGOR, Indonesia _Los pagos por servicios ambientales (PSA) han sido acogidos con entusiasmo a nivel mundial debido a su potencial de traer resultados positivos tanto para la economía como para el medio ambiente. Pero en un reciente análisis, científicos dijeron que la falta de una evaluación adecuada de los PSA significa que nadie sabe en qué medida estos conducen realmente a un mejor medio ambiente.

“Esto no solamente es cierto para los PSA, sino también para la mayoría de las herramientas de política ambiental: lo que funciona y lo que no funciona sigue sin estar claro. Todavía no tenemos muchos hechos concretos para entender completamente las condiciones en las que las distintas intervenciones tienen impactos ambientales y socioeconómicos positivos”, explicó Sven Wunder, Economista Principal del Centro Para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR), y coautor de la revisión.

La idea detrás de los esquemas de pagos por servicios ambientales es otorgarle un valor tangible a las funciones de los recursos naturales, que normalmente se dan por sentado. Se les paga a los propietarios de la tierra para que protejan los ecosistemas que brindan bienes y servicios, tales como bosques que reducen la erosión, filtran el agua y albergan biodiversidad. Existen más de 300 programas de ese tipo a nivel mundial.

El doble enfoque en la economía y el medio ambiente significa que los esquemas PSA podrían desempeñar una función clave en la construcción de economías verdes, tema que encabezó la agenda en la Conferencia Rio+20, en junio de 2012. De acuerdo con la revisión de los científicos, el problema es que los esquemas de PSA carecen consistentemente de una evaluación integral que le permita a los investigadores afirmar con certeza en qué medida el dinero invertido realmente mejora el medio ambiente.

“La diferencia entre lo que se logra a través del dinero pagado en estos esquemas es todavía muy diferente en la teoría y en la práctica, así como en el diseño de políticas y su implementación – y mucho mas rezagadas están las prácticas de evaluación equivalentes en sectores como salud y educación” dijo Wunder.

La evidencia anecdótica sobre si los PSA protegen a los ecosistemas y cómo lo hacen es abundante, como en los testimonios de miembros de la comunidad en Rio+20, citados en un artículo reciente de “The Guardian” sobre el esquema nacional de PSA en Costa Rica. Pero los estudios de caso, los relatos y las anécdotas, no proporcionan las cifras concretas que los encargados de elaborar políticas necesitan antes de invertir en enfoques PSA a mayor escala.

Y de acuerdo con Wunder, la continua falta de mecanismos de monitoreo y evaluación incorporados en los esquemas PSA, sugiere que tampoco habrá muchas pruebas contundentes sobre el beneficio de estos sobre los no PSA en un futuro cercano.

“Necesitamos más esquemas de pago e intervenciones de conservación que se diseñen desde el principio con la intención de evaluar su eficacia, para saber con mayor claridad cómo está funcionando el ‘tratamiento’ PSA en distintos entornos, para saber con certeza cuándo y en qué medida estas inversiones están ayudando realmente a la conservación.

“Se han diseñado algunas intervenciones de PSA de esta forma [vale la pena mencionar las evaluaciones rigurosas en Costa Rica], pero para estar seguros de los resultados se necesitan muchas más”.

Las preocupaciones planteadas por Wunder y sus coautores son reales en Vietnam, que es el primer país de Asia que ha legalizado los PSA y los ha incorporado en su política forestal nacional.

“Una de las limitaciones más serias es que se les paga a las personas para que protejan el bosque, pero realmente no importa si realmente lo están protegiendo – aún así reciben el dinero”, dijo el científico de CIFOR Pham Thu Thuy en una sesión de preguntas y respuestas con la blogger Leony Aurora. Thu Thuy fue coautor de una reciente publicación sobre las perspectivas para PSA en Vietnam.

“No hay monitoreo o evaluación para ver si hay realmente una mejora en cuanto al desempeño de los servicios ambientales”.

Afortunadamente, Wunder encuentra razones para confiar en que el mecanismo conocido como REDD+ (reducción de emisiones derivadas de la deforestación y degradación forestal) pueda replicar los mecanismos de PSA en el terreno con más atención a las necesidades de monitoreo y evaluación.

En cierta medida, REDD+ se puede ver como un tipo de PSA internacional, donde se paga a los propietarios de tierras, a las comunidades y los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los bosques y para mantener los servicios del ecosistema que estos proporcionan.

La diferencia está en que en la mayoría de las propuestas de REDD+ los pagos se hacen presuntamente sólo si es que hay mejoras con relación a líneas de base de deforestación histórica o deforestación prevista – lo que también significa que el monitoreo y la evaluación son fundamentales para que los beneficiarios evalúen la rentabilidad.

“REDD+ se va a basar estrictamente en el desempeño”, explicó Tú Thuy. “Y por lo tanto debe aprender de los PSA cómo establecer un sistema de monitoreo para asegurar que se estén entregando servicios ambientales”.

Los científicos de CIFOR ya están llevando dicho enfoque de evaluación explícita a los proyectos de REDD+ en el Estudio Comparativo Global sobre REDD+; algunos resultados de sus análisis fueron publicados recientemente en Analysing REDD+: Challenges and choices (Análisis de REDD+: Retos y alternativas),  que fue dado a conocer en un evento oficial paralelo durante Rio+20.

“Las técnicas de evaluación que podemos usar ciertamente tienen también algunas limitaciones, pero aplicarlas para medir el efecto genuino de intervenciones como REDD+ y PSA es todavía mucho mejor que dejar los esquemas sin ser evaluados”, dijo Wunder.

“Si desde el principio se diseñaran más programas de PSA con la intención de evaluar su eficacia, se ayudaría a cerrar la gran brecha en nuestro conocimiento acerca de inversiones eficaces en conservación, incluyendo las relacionadas con alcanzar el potencial de REDD”.

Ca Thi Chin with other PES community members in the hall built with PES money.

Evidencia anecdótica: Una comunidad piloto de PSA del pueblo Ot Noi, en la provincia Son La, en Vietnam, controla 206 hectáreas de bosques, y en 2009 recibió 38 millones de dongs vietnamitas de PSA. La comunidad utilizó el dinero para construir un centro comunitario. Ca Thi Chin, miembro de la comunidad de PSA, en rojo, describió la forma en que protegen su bosque: “Organizamos patrullas semanales – con dos hombres que caminan juntos. Si encuentran infractores, llaman a todo el pueblo. Si vienen todos los miembros del pueblo, los infractores tendrán miedo y dejarán de cortar árboles y no regresarán. Antes de que empezara el PSA hacíamos patrullaje, pero no sistemáticamente como ahora”. Foto cortesía de Leony Aurora.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.