EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
En relación con la petición del juez Baltasar Garzón, de que le sean facilitados datos por parte de los tribunales republicanos sobre desaparecidos en el bando franquista, he de manifestar mi total y absoluta decepción ante tal decisión al propio tiempo que dudo de la entereza de una persona, el juez Garzón, que no se amedrenta ante los etarras, pero si ante los medios de comunicación afines a la derecha.
La decisión del juez Garzón ha dejado perpleja a la sociedad española y debería explicar el motivo, o los motivos, por los cuales ha solicitado esos datos. El juez Garzón ¿se olvida? de que lo único que pretenden los familiares de los «desaparecidos» durante la guerra y en la posguerra, es saber donde están los restos de sus familiares para darles una sepultura digna. Aquí nadie pide responsabilidades políticas ni se pide que los culpables de estas «desapariciones» paguen por sus culpas. Eso ya está superado. Lo que no se entiende muy bien es si la solicitud de datos a los tribunales republicanos se concreta en que se averigÁ¼e donde están los cuerpos de los desaparecidos del bando franquista por que esto se sabe: Están, desde hace bastantes años, muchos de ellos en el Valle de los Caídos y los que no en los cementerios de sus pueblos y ciudades dignamente sepultados y lo están por que el «general» se dio prisa en recuperar sus restos cuando aún estaba fresca en la memoria de todos en que lugar yacían. Ahora bien, si el juez Garzón pide esos datos para juzgar a alguien hay que decirle que los «juzgados» fueron 143.353. A no ser que el juez Garzón quiera averiguar si se quedó alguno sin «juzgar».
Lo cierto y verdad es que esta decisión del juez Garzón ha creado bastante confusión y sería conveniente que fuera más explícito. Este en un tema muy serio y hay que resolverlo con la máxima claridad y transparencia, y esta decisión del juez no contribuye precisamente a ello. Salvo que este dé una explicación convincente sobre esta nueva exigencia.