Sociopolítica

Gasto público y cambio de sistema electoral

Hay, según todos los indicios, unos 3.2 M de empleados públicos; son funcionarios, interinos, asesores etc., que ‘trabajan para y cobran de’ las diferentes administraciones públicas del Estado: local, diputaciones, autonómica, nacional, y/o  para sus empresas públicas y  fundaciones.

VOTACIONESLa Administración española es, según parece, aproximadamente el doble de la de Alemania, país que tiene aproximadamente el doble de habitantes, y la razón para tan disparatado sobredimensionamiento es que ha sido usada por los Partidos políticos para colocar una cantidad enorme de ‘clientes’ políticos y simpatizantes.

A una media de 1.200 Euros de sueldo mensual, supone una nómina de  3.840 M€/mes. Dado que las subastas del Tesoro  son del orden de 4.000M€ y se llevan a cabo mensualmente,  resulta que esos importes  se invierten fundamentalmente en el pago de los sueldos de la Administración.

Y, ¿qué Administración tenemos por ese dinero? Una Sanidad que tiene unas listas de espera largas, una Educación con un nivel de fracaso escolar de los más altos de Europa, una Justicia lenta hasta la exageración, unas  Instituciones del Estado vistas con preocupación o desconfianza por los ciudadanos, una Administración local que tiene unos plazos inaceptablemente largos para otorgar las licencias de actividad etc.  etc.

Una racionalización del trabajo de la Administración es cuestión de supervivencia para España, que no se puede permitir este nivel de endeudamiento;  una racionalización que permita tener los servicios razonables por un precio soportable. Pero ¿quién va a reconocer el problema y ponerle solución? ¿Los mismos políticos que han usado la Administración para colocar a sus ‘clientes’?

Claramente no. La racionalización de la Administración requiere cambiar los políticos de los que desconfiamos, por políticos en los que confiemos. Y para eso se necesita cambiar el sistema electoral. Uno que evite que los políticos se elijan a si mismos en las listas cerradas de los partidos, y permita a la gente conocerlos y votarles en circunscripciones pequeñas.

El cambio del sistema electoral es un paso en la buena dirección. También para racionalizar la Administración. Hay que seguir presionando a los políticos, educada pero firmemente, centrados en el cambio del sistema electoral: lo demás vendrá por ese mismo camino. Cuantos más lo sepamos mejor.

«Y recuerda: si quieres que esto cambie, tu firma cuenta.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.