Geometría variable

Mariano Rajoy presentaba el 25 de junio su programa económico en el Fórum Europa. El mismo día, Javier Arenas opinaba en voz alta que un Gobierno de coalición es absolutamente imprescindible en España, sosteniendo que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, no es quién para liderar esta fórmula de Gobierno. Rajoy, menguado el protagonismo de su inédito programa económico, hubo de ajustarse al guión de Javier Arenas: –  Un Gobierno de coalición dirigido por el señor Zapatero es impensable, sentenció. No considero yo que fuera un torpedo al discurso de Rajoy la aparente ocurrencia de Arenas; más bien es estudiada estrategia: convenía poner sordina a las esperadas propuestas económicas del PP, que ahora no toca decirlas: El plan económico del PP no es otro que apartar a Zapatero del Poder. Poner  sordina a su discurso oculto sobre  economía fue la pretensión  de la entrevista de Arenas, disertando sobre el gobierno de coalición posible a seis o diez años vista. Mas no es sólo eso.  Conviene al PP airear la idea de una coalición de oposición estable, no variable,  en el Congreso. Se avecina el debate del estado de la Nación (14 de julio) y el debate de los Presupuestos 2011, posteriormente a las elecciones catalanas. Pese a la conjetura de una España rota por los nacionalismos constitucionales, por mor de votos, el mismo Aznar no tuvo empacho al declararse parlante del catalán en la intimidad. Es una jugada ensayada: tras cuatro años de un recurso de inconstitucionalidad vivo,  interpuesto por el PP contra Cataluña,  ahora conviene poner sordina a la sentencia. Artur Mas (CiU) está más beligerante contra Zapatero, que contra Rajoy, pese a haber sido éste el  instigador al Constitucional contra el estatuto. Parece atisbarse una oposición pactada contra Zapatero, oposición estable del PP y CiU. Rajoy ha colocado, como lo hiciera Aznar,  la sordina al se rompe España, tras la sentencia del Constitucional. El pacto está sirviéndose.