El 20 de septiembre del 2013, un artículo publicado por la BBC News, daba cuenta que los propietarios de la planta petrominera Grangemouth, cerraría sus instalaciones en el 2017, de seguir perdiendo 100 millones de libras al año.
El presidente de la compañía, Ineos Calum Mac Lean, aseguró por entonces que se verían forzados a tomar la drástica medida ante la imposibilidad de no poder asegurar su producción sin “reformular todos sus costos”. Estos costos, según su apreciación, fue producto de los “altos gastos en pensiones insostenibles en un 65% de los salarios”, reportando a la empresa Grangemouth una “erogación cercana a los 200 millones de libras”.
Según el comunicado emitido entonces por el propio presidente de la compañía, se desprende algo singular: la verdadera causa de la posibilidad de cerrar estaría dada en que los “gases extraídos del Mar del Norte del que se utilizan como materia prima por el polo Petroquímico, habiéndose reducido un 60% en los últimos 10 años”.
En el mismo comunicado aseveró que la infraestructura montada en Noruega por la empresa, permitiría traer gas desde EEUU hacia la refinería con buena rentabilidad, en el 2015.
Los trabajadores van a la huelga
Ha sido el disparador de alarma ante esta situación, la inestabilidad de los trabajadores bajo contratos temporales (precarizados) y, una “sanción disciplinaria” en contra de un representante de los trabajadores.
El dirigente del sindicato “UNITE”, Marcos Lyon, afirmó que en la planta se hayan trabajando 1200 obreros cuyos puestos se verían seriamente comprometidos: 700 trabajadores en planta química y 500 puestos en la refinería. Sostuvo que el cierre también reportaría la pérdida de producción de 210.000 barriles diarios, aclarando que la empresa es propiedad de una asociación de Ineos y Petro-China.
El voto a favor de la huelga por parte de los trabajadores fue, según relata el corresponsal de la BBC News, Jame Cook, por abrumadora mayoría: 81,4% a favor sobre el 86% del total de empleados presentes.
Datos:
Brian Madderson, presidente de la Asociación de Gasolinas Minoristas, admitió que el conflicto desarrollado en esta importante refinería podría afectar sensiblemente el abastecimiento a la gran mayoría de las estaciones de servicios en el lapso de cuatro a ocho días, en virtud del volumen existente en almacenamiento de gasolina registrado por la cámara que las aglutinan.
La refinería Grangemouth, abraca aproximadamente unas 1.700 hectáreas, produciendo cerca de 9 millones de litros de combustibles por día.
La capacidad de procesamiento de petróleo de la compañía representa el 13,4% del total producido por Gran Bretaña, según informa la Asociación de la Industria del Petróleo de Reino Unido.
La gestión de Ineos Calum Mac Lean, sostiene que la empresa se halla en grave situación financiera. A renglón seguido, afirma que desea invertir 300 millones de libras en las nuevas instalaciones de la terminal como parte de un “plan de supervivencia”, de este modo traer Shale Gas desde los EEUU.
Como remata en su nota James Cook, “miles de empleos y millones de libras están en juego bajo el brillante color naranja de las llamaradas de la refinería Grangemouth”.