Con motivo de las manifestaciones que están llevando a cabo estudiantes de diversos institutos de la Comunidad Valenciana, contra los que han cargado desproporcionadamente las fuerzas de seguridad del Estado, la Policía Nacional, se han llegado a oír expresiones que no favorecen en nada a este cuerpo policial, expresiones del tipo de “vuelven los grises” o “estos son los grises de siempre”. Ciertamente grises o azules, qué más da, el hábito no hace al monje pero sí sus sus hechos y lo que está aconteciendo en nada favorece a la buena imagen de esta institución policial que son increpados por quienes desde fuera de la manifestación contemplan el desarrollo de la misma y censuran a los policías que a quienes intentan dispersar sean “niños”. Niños cuyos padres han estado viendo esas manifestaciones y han tenido ocasión de ver en vivo y en directo como son tratados sus hijos de forma totalmente improcedente y como antes he dicho desproporcionada, por ello arremetieron contra la actuación policial. En el caso de la manifestación del pasado lunes protagonizada por alumnos del instituto Lluís Vives de Valencia estos arrojaron mandarinas arrancadas de los árboles y alguna botella de plástico. Ante esto la policía decidió cargar contra todo lo que se moviera y cargaron contra viandantes y trabajadores de la zona. O sea, de forma totalmente indiscriminada. En cualquier caso que se puede esperar vista la actitud de la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León, que ha dicho que al final todo quedará en “una anécdota”, o del jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, que ha calificado a los estudiantes de “enemigos”. Ambos deberían haber sido cesados de inmediato por el ministro del Interior, ellos y algún alto cargo de la policía.
Después de lo ocurrido hace unos días en la Universidad Miguel Hernández de Elche, con la visita de Camps para leer su tesis doctoral, ya pudimos comprobar cómo va a ser la actuación policial durante el mandado de Partido Popular con Rajoy al frente. Según los medios de comunicación y los que allí acudieron, no para aplaudir precisamente a Camps, había más policías que manifestantes, acordonaron la zona y no dejaron salir fuera del cordón policial a ninguno de los allí congregados, más de dos horas estuvieron allí retenidos, mientras Camps se chuleaba, para que todos los oyeran, diciendo que estaba encantado de ver los “majísimos” y “educados” que “son estos muchachos”. Cosa que hay que decir que hubo más de un policía que censuró entre sus compañeros esta actitud provocativa de Camps, que no hacía más que empeorar la situación, pero nadie le dijo a Camps que se callara o lo metiera de un empujón dentro del edificio.
Evidentemente esta actitud policial es la que todos esperábamos si el PP ganaba las elecciones como así ha sido. Aquellas críticas al Gobierno de Zapatero por no actuar contundentemente contra los del 15M que ocuparon durante días y días la madrileña Puerta del Sol han desembocado en una actuación policial totalmente fuera de lugar. Pero grises o azules, vistan como vistan, ellos no son culpables, ellos cumplen órdenes, órdenes que emanan del ministerio del Interior y que se transmiten a los mandos policiales por medio de los delegados y subdelegados del Gobierno. A nadie se le escapa que todo esto es consecuencia de la desproporcionada euforia o borrachera de poder del PP por su triunfo electoral, aunque también a nadie se le escapa que este tipo de actuaciones policiales son normales siempre que gobierna la derecha. Rajoy y los suyos se creen los dueños del cortijo y que aquí nadie respira ni se mueve si no es con su consentimiento.