Propongo a todos a que se sumen a poner en sus casas una bandera blanca, una tela blanca, a lo sumo con la palabra Paz en el idioma que sea, con el fin de adherir a un llamamiento por la paz, tan preciada y necesaria.
No sabemos bien lo que la palabra Paz significa hasta que la perdemos.
Evitemos saberlo de ese modo.
Si van a manifestarse, sólo lleven banderas blancas, o con la palabra PAZ, en silencio. Si hiciéramos un minuto de silencio por cada una de las víctimas de las guerras que sufre la humanidad, deberíamos tener vidas silenciosas.
Si derramáramos una lágrima por cada instante de dolor, fruto de la violencia, desbordarían los océanos.
Condenemos la violencia, pedimos que cesen los ataques en la Franja de Gaza, en Tierra Santa, en la cuna que meció desde el nacimiento a culturas aún vigentes.
Todos hemos sufrido en distintos grados, pero nos hemos acercado al dolor, no sembremos más dolor, no sembremos más semillas de odio, de resentimiento.
Sembremos semillas de paz, para que el puñado de interesados en las guerras o en la violencia, se de cuenta que no es ésa la búsqueda de la humanidad, que no adherimos.
Colguemos nuestras banderas blancas y no las saquemos más, para que recuerden que nos duele perder la paz, que no vamos a ser cómplices de ello.
Que trabajamos por la paz.
Y que lo seguiremos haciendo.