Crónicas del Sur de América
Ayer, sábado 2 de agosto de 2008, fue un dÃa que prometÃa ser histórico en la historia reciente argentina: la Presidente darÃa su primer conferencia de prensa, luego de que su gobierno y su antecesor despreciaran la labor periodÃstica durante más de cinco años.
La expectativa que generó era comparable al debate que hace 2 semanas se produjo en la Cámara Alta del Congreso, cuando el Vicepresidente rechazó la Resolución 125 que pretendÃa tasar las exportaciones en valores anticonstitucionales y confiscatorios.
La conferencia de prensa empezó tarde, algo que a los locales no sorprende, pero que en paÃses más serios podrÃa considerarse una falta de respeto, o un sÃmbolo de soberbia, casi de divismo, en el afán para ser recibida como una estrella.
Durante toda la conferencia, que duró un poco más de una hora y media, la Presidente se encargó de ratificar el rumbo de su gobierno, ratificar a los más cuestionados de sus funcionarios y dejar en claro que los Ãndices del gobierno son verdaderos y válidos, a diferencia de los Ãndices privados que responden a intereses sectoriales y probablemente desestabilizadores.
A lo largo de los más de 10 minutos de la conferencia, en que no faltaron las preguntas cómplices para hacer lucir a la mandataria, que no sorprendió a nadie y confirmó lo que los más ácidos crÃticos afirman, la Presidente hizo gala de una especial habilidad no sólo para desviar las preguntas difÃciles, sino llevar todo a pocos temas.
· Todo lo malo que pasa es culpa de los militares que gobernaron durante los ‘70, cuando la Presidente usa seguido leyes vigentes de esa época, como la Ley de Abastecimiento y las medidas para tasar las exportaciones.
· Si no es culpa de los militares, es culpa del gobierno neo-liberal de la década de los ’90.
· A pesar de que todo está mal, se “está trabajando†en esos temas, aunque nadie vea soluciones a corto, mediano ni largo plazo.
· Los que se oponen lo hacen porque no entienden la verdad que solamente ve el gobierno y que más del 50% de la población rechaza.
Fuera de eso, se limitó, resumiendo, a decir que el cuestionado Secretario de Comercio Interior simplemente es una vÃctima de ataques inescrupulosos, afirmó que volverÃa a impulsar el caos social del paÃs con otra Resolución 125, y como si eso no fuera suficiente para pedir un juicio polÃtico por la muestra de desprecio a las instituciones de la República que decidieron que la Resolución 125 no era legal, afirmó que no se arrepentÃa de nada de lo que habÃa hecho, y tomarÃa las mismas decisiones.
Olvidó hablar de la inconstitucionalidad de los superpoderes que tiene el Jefe de Gabinete, superpoderes a los que se opuso durante su paseo como Senadora de la Nación, pero que le son funcionales en el momento y que olvida derogar, dejando que automáticamente se renueven año a año.
Mi opinión: es peligroso que la Presidente ratifique el rumbo de colisión y afirme que no realizarÃa ningún cambio, a pesar de que su gobierno pierde popularidad y de que la decisión del Vicepresidente salvó su continuidad.
Hoy el vicepresidente tiene 4 veces mejor imagen que la Presidente de la República, y eso fue sólo después de derogar la medida anticonstitucional, porque antes tenÃa un 60% de desconocimiento a lo largo y ancho del paÃs.
Los números no mienten, el rumbo no convence y la gente está consciente de que el paÃs está empeorando mientras vecinos como Brasil y México se afianzan en el mundo; hoy en América del Sur hay dos modelos a seguir: Venezuela y Brasil, y como suele pasarle a la Argentina eligió mal, a pesar del excelente momento internacional que el mundo le ofrece.
El mundo le da oportunidades a Argentina y lo único que esto logra son gobiernos más populistas que limitan más y más las libertades individuales, asà que desde la Argentina le pedimos al mundo que deje de ayudarnos, que deje de darnos oportunidades, es hora de que toquemos fondo para que por fin aprendamos.