Según la encuesta sobre derechos civiles â€Association for Civil Rights in Israel Annual Report for 2007†publicada por el  diario Haaretz , “el número de judÃos que manifiestan sentimientos de odio hacia los árabes se ha doblado, pues el 50% de los judÃos israelÃes se opondrÃan ya a la igualdad de derechos de sus compatriotas árabesâ€.
AsÃ, el ex-Presidente Jimmy Carter que pasó a la Historia al lograr el histórico acuerdo de Camp David entre Israel y Egipto en 1979, se habrÃa distanciado de la polÃtica de los sucesivos Gobiernos de Netanyahu y en su libro  ‘Palestina, Paz no Apartheid’, Carter denuncia el “sistema de apartheid que Israel aplica sobre los palestinosâ€.
Asimismo, denuncia “el incumplimiento por parte de Israel de  los compromisos adquiridos en el 2003 bajo los auspicios de George W. Bushâ€, que incluÃan las exigencias de la congelación total y permanente  de los asentamientos de colonos judÃos en Cisjordania asà como  el Derecho al retorno de los cerca de 800.00 palestinos que se vieron forzados a abandonar Israel tras su constitución como  Estado en 1.948 (nakba). Dicha hoja de ruta fue aceptada inicialmente por Israel y ratificada posteriormente por Olmert y Abbas en la Cumbre de Annapolis(2007) con la exigencia de “finiquitar la polÃtica de construcción de asentamientos en Cisjordania y flexibilizar los controles militares que constriñen hasta el paroxismo la vida diaria de los palestinosâ€.
El mensaje diáfano de Carter serÃa que “la paz es posible a través del diálogo y que Israel y Estados Unidos tienen que negociar con Hamás y con Siria, dos actores cruciales en la polÃtica de Oriente Próximoâ€,  postulados que serÃan un misil en la lÃnea de flotación de la nueva doctrina del Gobierno de Netanyahu que aspira a resucitar el endemismo del Gran Israel (Eretz Israel), ente que intentarÃa  aunar los conceptos antitéticos del atavismo del Gran Israel que bebe de las fuentes del sustrato bÃblico y  la concepción de un estado democrático  incardinado en el siglo XXI, heredero de los postulados ideológicos de Theodor Herzl, considerado el Padre del actual Estado de Israel y fundador del sionismo.
AsÃ, Herzl en su libro “El Estado judÃo: ensayo de una solución moderna de la cuestión judÃaâ€, propuso la creación de un Estado judÃo independiente y soberano para todos los judÃos del mundo al tiempo que promovió la creación de la OSM (Organización Sionista Mundial) y en su obra “La vieja Nueva Tierraâ€(1902), sienta las bases del actual Estado judÃo como una utopÃa de nación moderna, democrática y próspera.
Por su parte, el Proyecto del Gran Israel  (Eretz Israel), serÃa hijo del atavismo  bÃblico y  beberÃa de las fuentes de Génesis 15:18, que señala que “ hace 4.000 años, el tÃtulo de propiedad de toda la tierra existente entre el RÃo Nilo de Egipto y el RÃo Eúfrates fue legado al patriarca hebreo Abraham y trasferida posteriormente a sus descendientesâ€, lo que supondrÃa la restauración de la Declaración Balfour (1.917), que dibujaba un Estado de Israel dotado de una vasta extensión cercana a las 46.000 millas cuadradas y que se extendÃa desde el Mediteráneo al este del Éufrates abarcando  Siria, LÃbano, parte noriental de Irak , parte norte de Arabia Saudà , la franja costera del Mar Rojo y la PenÃnsula del Sinaà en Egipto asà como Jordania, que pasarÃa a denominarse Palesjordán tras ser obligado a acoger a toda la población palestina de las actuales Cisjordania y Gaza forzada a una diáspora masiva (nueva nakba).
Dicha doctrina tendrÃa como principal adalid a Isaac Shamir al defender que “Judea y Samaria (términos bÃblicos de la actual Cisjordania) son parte integral de la tierra de Israel. No han sido capturadas ni van a ser devueltas a nadieâ€, doctrina en la que se basarÃan los postulados actuales del partido Likud liderado por Netanyahu quien aspira a convertir a Jerusalén en la “capital indivisible del nuevo Israelâ€, tras la invasión de su parte oriental tras la Guerra de los Seis DÃas (1.967). Además,el plan de Netanyahu tendrÃa como objetivo inequÃvoco pasar a controlar el 20% de la actual Cisjordania palestina mediante la anexión de los actuales asentamientos de colonias al tiempo que se reservarÃa en cualquier caso el 80% de las capas freáticas del subsuelo de Cisjordania, condenando a la deshidratación demográfica y polÃtica a la actual Cisjordania palestina de Abbas, pues Netanyahu considera que el diseño de las actuales fronteras delimitadas por la ONU en 1.947  encorsetarÃan  las necesidades defensivas de Israel e impedirÃan la posterior implementación del Gran Israel.
Por otra parte, las principales organizaciones pro-Israel de EEUU, (AIPAC y Lobby Antidifamación), junto con millonarios judÃos financiarÃan más del 60 % de las contribuciones que recibe el Partido Demócrata asà como el 35 % de las contribuciones polÃticas que recibe el Partido Republicano, destacando  Sheldon Adelson quien según el Center for Responsive Politics habrÃa donado cerca de 100 millones $ en la campaña Presidencial del 2012 para evitar la victoria del “socialista Obamaâ€.
En la actualidad, la AIPAC serÃa el más influyente grupo de presión pro-Ãsraelà en EEUU pues cuenta con más de 100.000 miembros (150 de ellos dedicados exclusivamente a presionar al Congreso, a la Casa Blanca y todos los organismos administrativos en la toma de decisiones polÃticas que puedan afectar a los intereses del Estado de Israel) , por lo que Netanyahu acudió a Washington con el objetivo inequÃvoco de lograr su ayuda en un desesperado intento de convencer a Obama de que “contener los planes nucleares de Irán es en estos momentos mucho más importante que frenar los asentamientos judÃosâ€.
Aunque siempre se ha creÃdo que la AIPAC serÃa un “gobierno virtual†que teledirigirÃa la polÃtica exterior de EEUU en función de los intereses israelÃes, la realidad serÃa que el lobby pro-israelà tiene verdadero peso en los ámbitos del poder porque EE.UU. e Israel casi siempre han compartido idénticos intereses geopolÃticos desde la fundación del Estado de Israel en 1.948. AsÃ, EE.UU. contarÃa con Israel para mantener a los Estados árabes de Oriente Próximo bajo la amenaza constante de ataque, (asegurándose de paso que se mantengan serviles ante Washington) e Israel no podrÃa seguir existiendo en su forma actual sin el fuerte apoyo polÃtico y material que recibe de EE.UU. ( más de 3.500 millones de dólares en ayuda militar).
Sin embargo, la información proporcionada por el diario ‘Maariv’ de que el Gobierno de Netanyahu planea edificar 1.500 viviendas nuevas en colonias judÃas de Cisjordania y Jerusalén Este (como gesto para apaciguar las crÃticas de la derecha por la reciente liberación de 29 presos palestinos) además de la construcción de una verja de separación en el Valle del Jordán, (territorio ocupado por Israel en 1967 y que no piensa abandonar aún en caso de llegarse un acuerdo con las autoridades Palestina), podrÃa provocar el estancamiento “sine die†de la enésima ronda de conversaciones de paz palestino-israelÃes y la escenificación de un nuevo desencuentro Netanyahu-Obama.
AsÃ, el Secretario de Estado de EEUU, John Kerry destacó que los asentamientos judÃos son «ilegÃtimos» y rechazó que los palestinos hubiesen aceptado nuevas construcciones en los asentamientos a cambio de la puesta en libertad de los terroristas presos. A ello se unirÃa el hecho de que en el terreno polÃtico la Administración Obama afronta una intensa oposición tanto del Congreso legislativo como de sus principales aliados en Oriente Próximo ( Arabia Saudita, Emiratos Ãrabes Unidos e Israel), que serÃan partidarios de implementar nuevas sanciones contra Irán, aunque Obama habrÃa conseguido que el principal lobby pro-israelà  (AIPAC) le conceda una moratoria de dos meses en sus negociaciones  con Irán para intentar resolver el contencioso nuclear iranà antes de volver a implementar nuevas sanciones contra Irán.
Nos encontrarÃamos pues en un momento crucial para definir el futuro mediato de Oriente Próximo y Medio (Oriente PROME), pues si fracasa la vÃa diplomática de Obama, aumentarÃa la presión del lobby pro-israelà de EEUU ( AIPAC) para proceder a la desestabilización de Irán y Siria por métodos expeditivos, momento que será utilizado por EEUU, Gran Bretaña e Israel para proceder a rediseñar la cartografÃa del puzzle inconexo formado por dichos paÃses y asà lograr unas fronteras estratégicamente ventajosas para Israel, siguiendo el plan orquestado hace 60 años de forma conjunta por los gobiernos de Gran Bretaña, Estados Unidos e Israel y que contarÃa con el respaldo de los principales aliados occidentales.