Sociopolítica

Hamlet A

Vacunarse o no… He ahí el dilema. ¿Por cuál de esas opciones decidirse? La Red hierve. Radio macuto atruena. Los medios de comunicación se contradicen. Los blogs echan chispas. Las instituciones sanitarias parecen hormigueros o colmenas. Trinidad Jiménez y Ana Pastor cierran filas. Obama impone por decreto el estado de emergencia. Los laboratorios se forran. La Organización Mundial de la Salud dice Diego donde dijo pandemia. Los conspiranoicos hablan de conjura genocida y llegan al extremo de asegurar que los dueños del mundo quieren resolver por la tremenda el superávit demográfico exterminando a las dos terceras partes de la especie humana. Los valedores de la medicina alternativa niegan la mayor y todas las menores: no hay epidemia, la gripe A no es letal, lo letal podría ser la vacuna, los antivirales no sirven para nada, el Tamiflu es un camelo… Una monja benedictina y una ex ministra de sanidad finesa acaparan la atención de los internautas con declaraciones explosivas. Muchos ven en ellas a heroínas que llaman a la insurrección frente a la estrategia del miedo orquestada por los de siempre. Business is business. ¿Será cierto? ¿Por qué se prohibió en España, y quizá también en otras partes, la venta de anís estrellado? ¿Por qué Donald Rumsfeld, entonces presidente y ahora principal accionista de la Gilead Sciences Inc, adquirió los derechos sobre la práctica totalidad de la producción de esa planta años antes de que surgieran los primeros casos de gripe A y vendió luego la patente a los laboratorios Roche? Eso aseguran la monja, la ministra y los tambores cercanos y lejanos cuyo repiqueteo suena a todas horas, desde hace unos meses, en mi buzón, en mi ordenador y en las informaciones que por tierra, mar y aire llegan hasta mí. Tengo la cabeza como el bombo de Manolo. No sé quién miente, quién exagera, quién alarma, quién dice lo que dice llevado por la buena intención o por motivos inconfesables. Me siento como el asno de Buridan. Si no soy capaz de discernir entre los dos montones de heno que el Sistema y el Antisistema ponen a mi alcance, lo juicioso es permanecer inmóvil. El dilema está resuelto. In dubio, sentido común y pasar de largo. No me fío de los políticos ni de las instituciones. No me fío de quienes no se fían de las unas ni de los otros. Desobediencia civil. No me vacunaré. Mi decisión es estrictamente personal. No propongo más doctrina que la del libre albedrío. Allá ustedes con el suyo.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.