Sociopolítica

Hanna Arendt, Shylock y la banalización de «lo nazi»

La noticia de que Israel vaya a penar el uso indebido de la palabra nazi, ha causado cierto revuelo en algunos sectores de la sociedad. Parece que, como Shylock, Israel quiera cobrarse un tributo ahora con el resto del mundo y comerse la palabra nazi. La pregunta que surge es qué trata de performar, recuerden esa inestimable potencialidad del lenguaje, el estado israelí con esta medida.

Tal vez haya que reparar en las excepciones que se plantean, como afirman algunas voces del mundo hebreo: «El uso de esta palabra será solo permitido por “propósitos educativos, documentación, investigación científica o histórica”.» En este clima de seriedad, en el que se permitiría el uso de este –por otro lado, muy peyorativo- término, me ha surgido al paso la figura de Hanna Arendt –por algún tiempo, la querida de Martin Heidegger; recuerden que una parte muy importante de su contribución fue la magnífica interpretación que hizo acerca del fenómeno nazi. Lo expresó de forma inmejorable: “la banalidad del mal; y es que, bien mirado, un nazi del que se esperaba un aspecto y una personalidad abyectas, podía pasar por el típico vecino, ese que siempre saludo y se ha portado tan bien con nosotros.

Papa Pío XII y Adolf Hitler

Si Israel trata de evitar la banalización de aquello que representa, y que performa, la palabra nazi, adelante; es demasiado descubrir que en ciertos lugares de Asia, afines a la sagrada esvástica solar (nada que ver con la versión posterior de los nazis), se ponga de moda una línea de ropa con el rostro de Hitler. Si por otro lado responde a una estrategia oculta, estaremos atentos, y evitaremos contribuir de nuevo al negocio (cinematográfico, político, histórico…) en el que algunos sectores sionistas radicales han convertido aquellos lamentables sucesos; siendo así los primeros en banalizar, mercantilizar, explotar, la dolorosa memoria de los errores de la civilización.

Tanto decir nazi, nazi, nazi…, tal vez hayamos pensado en su cachorros: los skinheads; aunque cuidado, no es nazi todo lo que parece, ni tampoco viceversa y, bueno, a mí siempre me gustaron mucho los Decibelios. De todos modos, si en algún lugar hube de militar en tiempos anteriores, más convulsos, tal vez fuera en algo parecido al SHARP, o al RASH.

http://youtu.be/yBefhR-wvC8

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.