Pues sí señor: lo de la incompatibilidad del cargo de diputado autonómico con los de alcalde o presidente de diputación, me parece no ya una idea de lógica aplastante sino de la más elemental de las justicias; puesto que sanear, clarificar de una puñetera vez la convivencia democrática de nuestros políticos debe ser una tarea (después de la que está cayendo) que se debe librar sin el más mínimo revanchismo. Pienso que un alcalde que se precie de ser alcalde, debe dedicarse en cuerpo y alma a los ciudadanos que viven en los pueblos o ciudades que los han elegido. Sin más menesteres de por medio. Tanto los alcaldes, como los presidentes de diputación se deben en exclusiva al ciudadano. Lo demás son ganas de exhibir la figura en prepotencia y llevárselo “calentito” cada final de mes. ¿O no? Como lo de la señora o señorita Sinde, a cuenta del expolio surgido dentro dela SGAE que argumenta que no tiene “competencias” para esclarecer el asunto. Que quién te iba a decir Teddy que al cabo del tiempo volverías a actuar de Judas, pero esta vez vendiendo lastimosamente por un puñado de euros a miles y miles de trabajadores de las artes y en especial de la música…
Mientras, Alberto Contador, al que los gabachos le vienen machacando hasta los tuétanos, se esfuerza como un jabato por tratar de arañarle segundos al líder provisional de la carrera. Y es que como dice uno de mis hijos: “debería ganar el Tour de Francia otra vez pa que a la canalla se le tapone la boca”. Y el tal Rupert Murdoch, de paseíllo junto a la pelirroja en su carro de altísima gama, Londres p’arriba, Londres p’abajo (que ni por asomo lo queremos por la Castellanade la manita de José María) ¡Cuánta mierda sobre el papel en nombre del periodismo, que por otra parte compran y leen con la avidez de los buitres millones de individuos e individuas! Claro que, no se me quede por detrás y entérese de que en el denominado cuerno de África hay, en pleno siglo XXI, una sequía interminable, una hambruna que rebasa todos los límites inimaginables y lo que es peor: un olvido imperdonable. Se lo leo a Molano y me dan ganas de “arrancarle la cabeza” a más de uno de los que yo me sé (la no violencia activa de Tolstói, jota jota…) Y Alemania, la dueña y señora de Europa.
Menos mal quela Audiencia Nacionalha desestimado todas las demandas interpuestas, y la central nuclear de Garoña cierra en julio de 2013: una menos. Que éste no es el mundo de Harry Potter, ni mucho menos. Que aquí se lanzan virus cuando los todopoderosos lo estiman conveniente y los pobrecitos somos los que estaremos siempre expuestos a caer como las moscas. Que “la vida se nos queda corta para vivir el futuro que ya vemos”, dice la escritora Marina Carrasco… Qué quiere usted, Marina. Yo le podría decir que se fuera a los túneles que hay en las profundidades del Triángulo de las Bermudas, que de seguro lo del pasado, presente y futuro allí ni se conoce. Pero voy a traspasar la tela, salir a la palestra y comunicarle que en estos tiempos que corren, tan “difíciles” para los que de esta existencia hacen una competición pura y dura, la única tabla de salvación posible es volcarse sobre el blanco y abarrotarlo de palabras. Pues que muchas palabras se eternizan y por entre esos jirones, por ejemplo, la vida de usted se alargaría infinita.
Ilustración: (del autor)
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